sábado, 30 de mayo de 2015

La tierra del amor

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

¿Cuál es la razón por la que ustedes aman a su tierra?, no preguntó el conferencista. Había estado disertando acerca del amor en todas sus manifestaciones y ese día aprendimos que hay un amor filial con el cual demostramos aprecio por nuestros padres e hijos; un amor eros que nos lleva a sentir atracción por alguien del sexo opuesto y nos permite disfrutar de una relación apasionada con una persona que nos ayudará a realizarnos como seres humanos y nos permitirá disfrutar el privilegio de sembrar nuestras vidas en otros cuerpos, con lo cual, además, contribuiremos con la continuidad de la especie. 

Y nos habló también del amo ágape, con el cual Dios le muestra al género humano su infinita misericordia, su compasión y su preferencia ante otras criaturas. 

Este último es, sin lugar a dudas la sublimación del más sublime de todos los sentimientos. Después de todas las explicaciones nos habló del amor al suelo. A la tierra en donde nacimos; o en donde vivimos o luchamos...en todo caso la tierra a la que amamos sea cual fuere la razón que tangamos.

 Amar a la tierra, nos dijo, es una forma de gratitud no solo a la tierra, al contexto físico, sino al mismo Dios que nos hace hombres libres y nos sitúa en un espacio con el cual terminamos identificándonos. 

 Y acto seguido nos pidió que le escribiéramos una carta de amor al espacio geográfico que más quisiéramos. 

 Incapaz de escribir algo digno de pulicar, me conformo con transcribir algo que escuché de labios de Santi Josías, uno de mis compañeros de salón: Querida tierra mía: Te amo por tus auroras de ensueño, Por tus atardeceres intensos, Por tus cardones sedientos que se suceden incólumes,

 En la franja ardiente del desierto, Te amo por tu serena figura Por tu esperanza incorregible, Por tus tardes calurosas, Por tus huellas presurosas Te amo como te ama el sol, Como el mar que te canta ahora, Te amo como el río que ayer murió sediento, pero amándote como yo te amo. 

Te amo por las huellas de mi infancia, Por la árida sabana de las distancias, Te amo por tus cerros sin cumbres., Y te quiero por tus callejuelas lúgubres. Te amo, inédita tierra mía, Como el hijo a la madre que siempre lo abrigó, Como el náufrago a su isla, Como el veterano a sus recuerdos Son tantas las razones para amarte, Amándote vibra todo mi ser, Amándote siento palpitar el alma de la vida, 

Y el canto de los ángeles que alaban a Dios Te amo, indómita tierra mía,No por que me pertenezcas, Sino por que soy yo El que sigo perteneciéndote a ti. 

 Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com.  Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com - 
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martes, 26 de mayo de 2015

La impunidad según Álvaro Uribe

Escrito por:  Abel Medina Sierra 

La agenda política de Álvaro Uribe es inequívoca y todas sus posturas, declaraciones y acciones apuntan a la certeza que la única opción del volver a manejar los hilos absolutistas del poder es que fracase el proceso de paz y que la mayoría de colombianos acuda, de nuevo, a la radical y dolorosa opción de la guerra fratricida para derrotar a la insurgencia armada. 

En esa obsesión por el poder, trata por todos los medios, de crear ante la esfera pública, una imagen del “Gran Justiciero”, el paladín del rigor punitivo, el gran abanderado de la severidad inexorable del Estado, el único gobernante capaz de someter a la cárcel a quien trasgrede el orden jurídico. Uribe y todos los turiferarios, Procurador incluido, buscan con afán ganar popularidad configurando un imaginario de “Tolerancia Cero” ante los delitos cometidos por las Farc. 

Lo peor es que muchos les creen el cuento y no son capaces de mirar, tras esa imagen, la impostura. Uribe se muestra inflexible frente a un proceso de paz que no termine con cárcel para los guerrilleros, que la merecen pero que no están sentados ahí porque han sido derrotados en la guerra sino porque entendieron que ni ellos ni el Estado, en más de 60 años, han dado muestras de estar ganando la guerra. Pide cárcel para los guerrilleros, para los defensores de derechos humanos afectos al proceso de paz, para políticos que como Piedad Córdoba e Iván Cepeda median con la insurgencia. 

Que alguien se obsesione con el cabal y estricto sometimiento a la justicia no es malo, es plausible. Pero que lo haga Uribe no es sino una incoherencia de quien, lejos de ser un ejemplo de aplicación de la ley, es un paradigma de la impunidad. 

 El mismo Álvaro Uribe Vélez que pide que de la Habana salgan con las esposas en las manos los jefes de las Farc es el mismo que hizo una excarcelación masiva y unilateral de 150 guerrilleros durante su gobierno. El mismo Uribe que hoy se arroga el derecho de defender la justicia punitiva es el mismo que dejó en libertad miles de combatientes de la organización paramilitar que masacró a miles de colombianos y con cuales se nutrieron cuanta banda criminal existe: Urabeños, Usuga, Rastrojos, Gaitanistas, Paisas, entre otras. 

El estandarte de la justicia es el mismo que justificó a Andrés Felipe Arias ante el escándalo de Agro Ingreso Seguro y llegó a decir que lo que hizo Arias estaba bien pues había que subsidiar a los ricos terratenientes para que los pobres tuvieren chamba. Recordemos que igualmente defendió a de Jorge Noguera, condenado a 25 años por haber convertido al DAS en un organismo al servicio del paramilitarismo. 

Es el mismo ex gobernante que gestionó ante su amigo el ex presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, que le concediera asilo a María del Pilar Hurtado, la que hizo del DAS la policía personal del Uribe y una institución de delincuencia. Como “Injusta pena” calificó Uribe la condena de “La Coneja” al enterarse del fallo condenatorio de la Corte Suprema, olvidándose de su defensa de cárcel para los delincuentes, lo que pasa es que esos son “sus” delincuentes. 

El gran justiciero es el mismo que sin el mínimo respeto a la rama judicial y a la independencia de poderes, falla y absuelve a todo el que hizo parte de su nefasto gobierno. Sabas Pretel y Diego Palacios, dos de sus más cercanos funcionarios, pese a haberse demostrado que “compraron” con cargos burocráticos la aprobación de la re-elección para su jefe ante los congresistas, han sido absueltos por Uribe aunque condenados por la Corte Suprema. 

Lo mismo ocurre con los miembros de la campaña de Oscar Iván Zuluaga y aún el mismo ex candidato, enlodados hasta los tuétanos en el sonado caso del hacker Sepúlveda con video incluido pero que para quienes Uribe no pide cárcel por saboteo al proceso de paz y a la campaña de Santos sino impunidad por ser “mansas palomas”. “Persecución política” es la excusa de Uribe para defender lo indefendible. 

Tampoco se acuerda de cuestionar la impunidad en el caso de su primo Mario Uribe y su hermano Santiago, los dos acusados e investigados por conformación de grupos paramilitares. Que el mismo Uribe no esté tras las rejas con su cadena de “torcidos” es una afrenta a la justicia y un premio a la impunidad gracias a la llamada “Comisión de absoluciones de la Cámara de Representantes”. 

 Pero la joya de la corona es la más reciente agenda iniciativa de promover una ley para que los militares, cometan el delito que cometen, solo puedan pagar hasta cinco años de cárcel. Mejor dicho, con licencia para seguir con los falsos positivos. ¿No es esa una ley de impunidad? Por lo menos yo no le creo a Uribe su bandera de aparente guardián de la justicia. ¿Usted si le cree?  
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Ojalá

Escrito por: Hernán Baquero Bracho

Hay en La Guajira, material humano, de excepcionales condiciones y con deseos de librar las batallas que nos permitan alcanzar un mejor porvenir. El escenario es propicio. 

Este pueblo de La Guajira, de carácter altivo y corajudo, ha venido demostrando que tiene una alta dosis de civilidad, ya que con paciencia y dentro del orden, ha registrado un comportamiento reflexivo al afrontar tantas dificultades como a diario lo asechan. 

Sin embargo, respeta y quiere las instituciones democráticas y como atalaya defiende en la frontera nuestra soberanía nacional, quizás porque La Guajira y sus gentes existieron antes que se formara La República y ayudaron con sus gestas a formar la historia guerrera de la patria con la presencia valerosa y oportuna de nuestro nunca bien admirado Almirante José Prudencio Padilla López y además con ese negro de ébano como lo fue el gran intelectual camaronero de origen barranquero, Luis Antonio “el negro” Robles Suarez, a propósito de que la honorable Cámara de Representantes le develara y le hiciera honor a su nombre, como uno de los grandes intelectuales que ha tenido Colombia en toda su historia. 

A raíz de los últimos acontecimientos que han venido sucediendo en la península guajira con respecto a las diatribas que la gran prensa nacional y dirigentes del país han querido colocar al departamento en el ojo del huracán, donde el país “cachaco” siempre nos ha dado un tratamiento de tercera y nos han tratado como expósitos de la patria, quisiera que con esta columna de opinión muchas cosas cambiaran en mi tierra guajira. Ojalá muchas cosas se dieran para encausar el rumbo de La guajira. 

Ojalá que las diferencias políticas que cada día son más prominentes se arreglara entre nosotros y no metieran sus narices ese país “cachaco” que nos tiene hasta la coronilla y que hoy se han convertido en nuestros jueces naturales, apócrifos y de mala leche que con sus opiniones y sus juzgamientos tratan de enrostrarnos nuestras falencias y nuestras debilidades que como toda región mantiene en su diario trajinar. 

Ojalá volviera la civilidad política de antaño, donde este pedazo de patria era ignorado por ese país “cachaco” donde éramos vistos y reconocidos como indígenas sedientos de esa Colombia que nos ignoraba en el contexto nacional. 

Ojalá La Guajira retomara su rumbo de implementar otra vez ese guajirismo que nos identificaba y nos hacía fuerte ante esa Colombia impía que solamente nos miraba de soslayo para reconocer de manera ingrata y como si fuéramos una región de limosna a unos indios con la cara pintada y montados en un burro en las pampas guajiras. 

 Ojalá volvieran esos tiempos donde los guajiros eran reconocidos como una raza indómita, fuerte, con carácter y personalidad y éramos ante todo respetados por el país andino y lanudo de esos “cachacos” que pregonan la moral pero que en realidad utilizan su doble faz para engañar a bobos y pendejos. 

Ojalá volviera a reinar entre nosotros el valor de la amistad. Valor este que se ha perdido y que hoy para desgracia de todos nosotros, utilizamos las puñaladas traperas para darnos y traicionarnos en esos preceptos que a la fecha son como el eslabón perdido de la humanidad, donde la amistad y la palabra pasaron a segundo plano en el pueblo guajiro. 

Ojalá La Guajira se convierta en un punto de referencia para la nación en prosperidad, desarrollo y calidad de vida. La Guajira el próximo primero de julio, arriba a sus primeros 50 años de vida administrativa y la deuda que tiene Colombia con la península es grande y la deuda que tienen los dirigentes de esta sección del país con sus habitantes es más grande. Hoy hay que decirlo de manera real y objetiva que no existe ni prosperidad, ni mucho menos desarrollo y la calidad de vida de la mayoría es paupérrima y vergonzante. 

Ojalá pudiéramos cambiar la historia y no estuviéramos viviendo este presente sombrío donde la brújula y el norte se perdieron en las aguas del mar caribe por culpa de nosotros mismos y por el desamor que la misma Colombia tiene y ha tenido hacia todos nosotros.
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jueves, 21 de mayo de 2015

Palabra de hoy: versificación

Dedicado al maestro Federico Charris                                                                                                                                                               

 La palabra versificar proviene del latín versificare y significa literalmente "poner en verso".        

En otras palabras, es el arte de hacer o componer versos.   El verso es una unidad rítmica y por lo tanto está sujeto a una cadencia y también a una medida.   

Una estrofa es un conjunto de versos agrupados en series que pueden ser iguales o proporcionales. 

Hay varios aspectos que la versificación debe tener en cuenta, entre ellos la acentuación interna y la organización e estrofas. 



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lunes, 18 de mayo de 2015

Audio conferencia Sentido de Vida

Sentido de vida, una nueva producción de Alejo Rutto, ya se encuentra a tu disposición.

Posted by Maicao Con Esperanza on Lunes, 18 de mayo de 2015
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Sentido de Vida: Nueva producción de Alejandro Rutto

Maicao-. Sentido de Vida es el título de la serie de conferencias sobre liderazgo y motivación dada a conocer por el escritor e investigador Alejandro Rutto Martínez.

El autor reveló que se trata de una serie de pequeñas conferencias de cuatro minutos de duración en los que aborda temas propios de la motivación humana, las relaciones entre los diferentes actores sociales, el desarrollo armónico de las relaciones familiares, el buen comportamiento social y otros temas destinados a ayudar a quienes los escuchen para que es encuentren sentido a sus vidas.

as audio conferencias se encuentran en el formato de Disco Compacto (CD) y son apropiadas para escuchar en computadores o reproductores domésticos. Próximamente estará disponible en las librerías y papelerías y podrá escucharse a ravés de varias emisoras del departamento de La Guajira.

Rutto Martínez escribe con frecuencia sus columnas para periódicos regionales y es autor de varios libros sobre motivación, espiritualidad y auto ayuda.


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domingo, 17 de mayo de 2015

La palabra de hoy: Pantagruélico

La palabra pantagruélico está asociada a los excesos en las diferentes actividades de la vida diaria, aunque la definición del diccionario de la Real Academia de la lengua alude únicamente al hábito de comer en abundancia. 

Se deriva de Pantagruel, nombre de uno de los más importantes personajes en la novela de Francois Rabelais Gargantúa y Pantagruel, el cual se caracteriza por su afición a la comida, pero también por su originalidad e intrepidez. 

Inicialmente se utilizó el adjetivo pantagruélico para hacer referencia al comer en demasía pero luego su uso se extendió para calificar de manera metafórica a cualquier tipo de exceso en el que incurra una persona. 

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viernes, 15 de mayo de 2015

Día de la Familia



Feliz día familia...
Posted by Maicao Con Esperanza on Viernes, 15 de mayo de 2015
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Día del maestro

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Alejo Rutto felicita a los maestros y maestras en su día

Felicidades en su día maestro y maestra...

Posted by Maicao Con Esperanza on Viernes, 15 de mayo de 2015
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jueves, 14 de mayo de 2015

La palabra de hoy: poner

Poner es uno de los verbos más importantes por su gran riqueza de significados.

Uno puede poner la olla en la estufa y también puede ponerse la camisa.

Algunos ponen dinero en el banco y otros ponen las cartas sobre la mesa. También podemos poner (preparar) la mesa para que pasen los comensales.


Una autoridad puede poner un asunto a disposición de otra autoridad un tema de su competencia y en una colecta cada uno puede poner su cuota.

Lastimosamente hace algunos decenios comenzó una persecución contra este querido verbo.

¿La causa? Algunos profesores  castigaban  a sus estudiantes con los temidos reglazos por la insólita falta de decir "yo puse mis libros sobre el pupitre".

Quienes obraron de esa manera recomendaron que se utilizara colocar y de ahí en adelante el español comenzó a sufrir de una perniciosa enfermedad que pudiéramos bautizar con el nombre de "coloquitis aguda". 

Hoy en día  cuando a uno le da pena no se le pone  sino que se le "coloca" la cara roja, y hasta las gallinas, quizás por ponerse a la moda o por evitar el reglazo de sus emplumados maestros, ya no ponen sino que colocan los huevos en el nido. ¡Qué barbaridad!  Se me pone la cara roja de la ira.

No tengan pena mis amigos, que a nadie se le "coloque" el rubor en la cara al usar uno de los verbos con más entradas en diccionario de la Real Academia Española(RAE) de la Lengua.

Vamos a ponernos serios y defendamos nuestras palabras, por encima de la moda y de los temores a que nos comparen con una gallina.

Pongámonos las pilas y defendamos esas bellas palabras con las que nacimos y crecimos.

Y usted, no ponga esa cara de pocos amigos, como si no estuviera de acuerdo con lo que acaba de leer.

Más bien póngase en el lugar del verbo poner, al que quieren desaparecer malamente.

Y  defiéndalo como un patrimonio del idioma que habla desde niño y hablará hasta cuando se ponga viejo. 

Vicente de la Hoz, talento al servicio del prójimo

Autor: Alejandro Rutto Martínez

Dios me dio la oportunidad de conocer a Vicente De la Hoz cuando compartíamos los últimos años de nuestra infancia en las aulas, los pasillos y la biblioteca del Colegio San José en donde estudiábamos el bachillerato en cursos diferentes pero físicamente cercanos.
Éramos hijos de dos familias unidas por la educación.

Los  hermanos de Vicente estudiaban con los hermanos míos y no pasaba un día sin que los unos estuvieran en la casa del otro de manera que no pasó mucho tiempo antes de que naciera una buena amistad que con el paso de los años terminó convertida en hermandad. 

El colegió nos unió y eso fue para siempre.  

Por aquella época nada era tan querido para nosotros como el viejo edificio de nuestro colegio en el que sufríamos mil incomodidades como el calor, la falta de espacios deportivos, la ausencia de laboratorios y el hacinamiento en los salones.  

Pero ahí éramos felices porque nuestros padres nos habían dicho una y otra vez que la educación era la mejor y única herencia que podían dejarnos y teníamos que esforzarnos para ser los mejores estudiantes y luego para alcanzar grandes cosas en la vida. 

Vicente se tomó a pecho la recomendación de los mayores y llegó a la institución a lo que fue: estudiar intensamente.

Registro en los pliegues de mi memoria y lo encuentro siempre con su rostro sereno,  su gesto reflexivo y su comportamiento serio.

Era muy diferente a la mayoría de la masa de adolescentes y jóvenes que componían la comunidad estudiantil de la época.  

En su condición de estudiante  mostró una particular inclinación por las ciencias naturales, la química, matemáticas y biología.

Sus tiempos libres los dedicaba a las actividades como socorrista en la Cruz Roja.  Todo indicaba que él iba por el camino correcto y que llegaría muy alto en la vida de estudio y de servicio que él mismo se había impuesto.  

No tardó en recoger los resultados de todas las horas de juego sacrificadas y de las fiestas a las que no fue: siempre obtuvo notas sobresalientes y cuando terminó los estudios, en 1983, se constituyó en el mejor bachiller de La Guajira, lo que le permitió recibir la medalla Andrés Bello y participar en un significativo homenaje que le tributó el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Educación. 

Ingresó de inmediato a la facultad de medicina en la que se convirtió en uno de los mejores estudiantes, lo que le permitió obtener una beca y ser  designado como monitor, lo cual se convirtió en un nuevo elemento de motivación y en un ahorro para los menguados recursos de sus  padres. 

Al graduarse de médico inició una brillante carrera en la que obtuvo el reconocimiento de los hospitales y clínicas en las que trabajó pero sobre todo el de sus pacientes quienes aprendieron a respetarlo, a quererlo y a confiar en él. 

Yo le tenía muchísima confianza, tanto que un día lo llamé a las 4 de la mañana para que me ayudara en uno de los días más tristes de mi vida: mis hermanos me comisionaron para que le informara a mamá la noticia de que mi padre había pasado a la presencia del Señor.

Temeroso de que la delicada salud de ella se quebrantara aún más decidí llamarlo para que estuviera presente en caso de una emergencia.

En esa ocasión y en muchas otras pude sentir su afecto como amigo y por eso hoy, cuando Dios ha decidido llevarlo al Paraíso, siento el peso de su ausencia, pero también el consuelo de saber que pasó por los caminos de la vida defendiendo la vida de todo el que acudiera a su consultorio. Vicente De la Hoz fue un buen médico, pero ante todo un ser humano con un talento especial. Talento que siempre estuvo al servicio del prójimo.


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miércoles, 13 de mayo de 2015

El testimonio cantado de la gripe española

 Autor: Abel Medina Sierra 

A muchos se les va la vida y nunca se nos da por enhebrar el tejido de la memoria familiar y de su territorio de origen. Otros, dejan que el tiempo borre evidencias y silencie voces que son un verdadero tesoro de datos y testimonios. 

Confieso que solo en los últimos años me he entregado, sin mucha disciplina, a anudar datos que me permitan ir perfilando mi genealogía y reconstruir mi pasado familiar y su entorno. Recientemente, con el fallecimiento en San Juan del Cesar de mi tío materno Florentino Mejía, a la sorprendente edad de 107 años, pude recabar ciertos datos que apuntan a una misma desgracia que une a mi familia paterna y materna. 

 En los días de duelo, tras una conversación con mi madre, Lorenza Sierra, pude descubrir que durante la segunda década del siglo XX, el acoso de una enfermedad había hecho migrar a sus padres, Juanita Sierra y Esteban Mejía, desde Caracolí Sabanas de Manuela hasta la ribera fértil de Chorreras. La causa no podía ser tan funesta: una pandemia tan desconocida como mortal había acabado con la vida de sus cuatro hijos. Años antes, en otra charla con mi madre, se me había revelado también que mis dos abuelos paternos, Antonio Medina y Elodia Gámez, así como sus dos hijos mayores, habían fallecido en Machobayo, para esa misma época, bajo los estragos letales de la misma enfermedad. 

 La peste que mató a varios de mis ascendientes era la denominada gripe española, pandemia que mató aproximadamente a 50 millones de personas en el mundo en cinco años, siendo la mayoría en los años 1918 y 1919. Aniquiló cinco veces más que la I Guerra Mundial que acabó justo en 1918 y considerada el peor asesino en los registros de los epidemiólogos. Ni siquiera el SIDA se le acerca en su registro de víctimas, solo comparables con las pandemias de la Edad Media. La gripe española la ocasionó un subtipo del virus H1N1, igual que la actual gripe A. 

 Aunque los españoles han tratado de librarse del estigma que les representa ser el foco original de la pandemia nacida en las trincheras de guerra, recientemente científicos del Museo Vasco de Historia de la Medicina, en Bilbao, la Universidad Complutense en Madrid, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) en Bethesda y la Universidad Estatal de Arizona en Tempe publicaron en BMC Infectious Diseases lo que confirma que ciudades como Madrid pudieron anticiparse a los que, hasta ahora, se han considerado los primeros focos de la pandemia, que se ubicaban en Estados Unidos y en Francia. 

Con esto se corrige el dato según el cual, el primer caso se registró el 4 de marzo de 1918 en Camp Funston, uno de los campamentos militares establecidos en Kansas tras el comienzo de la I Guerra Mundial. En Colombia, se conoce una investigación retrospectiva llevada a cabo por científicos del Museo de Historia de la Medicina y la Salud de Tunja el cual demuestra que Boyacá fue el departamento más afectado junto a la ciudad de Bogotá por la gripe española entre 1918-1919.

 La pandemia llegó a Boyacá por carretera en octubre de 1918 y dejó un rastro de 2.800 defunciones en una población de 58.600 habitantes. Por mucho que uno trate de averiguar sobre los funestos efectos de esta pandemia en La Guajira, se encuentra con la cruda realidad que no hay registros históricos que den cuenta de esto. 

Esta y muchas desgracias que vivió el territorio hoy conocido como La Guajira permanecen aún invisibilizadas ante la oficialidad centralista del Estado, la luz de la academia y la cognición social. Lo peor es que se han ido perdiendo quienes aún preservan en el cuchicheo de la memoria algunos datos que puedan testimoniar nuestra dolorosa historia regional. Pero, hilando más delgado, tiene mucha razón el médico y compositor vallenato Adrián Villamizar al valorar en la música vallenata su gran capacidad testimonial y su potencialidad como registro histórico de nuestro devenir como pueblo. 

Su preocupación se hizo manifiesta cuando estaba al rojo vivo el debate sobre qué componentes o rasgos estaban en amenaza en la música vallenata para justificar su declaratoria como patrimonio intangible de la nación y de la humanidad. 

Las canciones vallenatas han perdido su capacidad para dar cuenta de las circunstancias que atañen a todo el pueblo, al decorado socio político y económico. Hoy se le canta la mujer coqueta y a la promiscua, a la bonita y a la parrandera, al amor y a la infidelidad, sabemos de la discoteca y del chat pero pasó el fenómeno del paramilitarismo, el del Niño y de la Niña y nuestra música no documentó esos episodios, la demencial violencia guerrillera y nada se ha dicho, pasa la recesión, el nefasto gobierno de Uribe con su estela chuzadas, falsos positivos y Agro Ingreso Seguro y nadie se acordó de hacer canciones sobre esos aunque el tema les raspara el ojo. 

 Las canciones contemporáneas son prolijas en datos de alcoba y urgencias lascivas del cuerpo pero no en los del contexto regional, se cuestiona la mujer infiel, rumbera y hasta la muy casta pero al cantor le importa un bledo tomar posición política, de compromiso social o al menos el dar testimonio de la que afecta a toda la sociedad. 

 Cosa distinta pasaba con los compositores de anteriores generaciones. Bien sabemos de la guerra entre Colombia y Perú por la canción “Sánchez Cerro” de Chico Bolaños el mismo que da cuenta de los chulavitas en la canción “El Padre Serrano”; Armando Zabaleta le cantó a “la situación desgarradora” del país durante el gobierno de Valencia, a la “Reforma agraria” y hasta al primer premio que obtuvo García Márquez y el olvido de Aracataca que esperaba redención. Santander Durán le cantó a la masacre de las bananeras y Julio Oñate al avance del desierto y la aridez por las bonanzas del dividivi y del algodón; Romualdo Brito a la de la marimba y como Hernando Marín, a expoliación gringa del Cerrejón, y hasta Rafael Manjarrés, en épocas más reciente menciona “el revolcón de Gaviria”. 

 Afortunadamente está el vallenato para testimoniar nuestra historia. También afortunadamente, Ángel Acosta Medina nos ha divulgado el libro “Mi pueblo historial: 200 años de soledad”, como para que no se quede en el olvido, la historia del sur del Municipio de Riohacha. Se trata del documento más completo que se haya publicado sobre el devenir y proceso de colonización y de definición identitaria de estos pueblos que tuvieron mucho que ver con el barro genésico de vallenato. 

En este libro se revela la obra de Francisco Moscote Guerra, el mítico Francisco El Hombre, con canciones que rescatadas del orín desgastante del tiempo. Una de ellas, “La quina” se refiere a una de las bonanzas que vivió esta zona, otra de sus canciones alude a Juancito Iguarán y su participación en la Guerra de los Mil Días; pero la que nos interesa se denomina “La gripe”. 

Según Acosta Medina, se trataba de la mismísima gripe española, pero que en los pueblos del sur de Riohacha también era denominada “El pájaro azul” por el color azulado que dejaba en sus víctimas. También apunta que fue tanto el letal efecto que se tuvo que construir en Cotoprix un cementerio para las víctimas de la región y que diezmó en un 15% la población de la zona. “La gripe” de Francisco El Hombre, constituye el único documento que en La Guajira registra y hasta hace inventario de las víctimas de la más notoria pandemia de la modernidad, prueba fehaciente que nuestros juglares, aunque no sabían leer ni escribir, si supieron escribir nuestra historia en sus versos cantados lo que les ha quedado grande a tantos profesionales que fungen hoy como compositores. 

He aquí el testimonio cantado de la desgracia, en algunos fragmentos: La gripe Ay, dice Rodolfo Solano Vaya que peste tan brava No hay médico que la cure Ni remedio pa ́atajala Dice Soledad Aragón Lo menos que yo creía Que la gripe se curaba Con quinina y homeopatía Que la gripe se sanaba Con quinina y agua fría Mujeres no lloren tanto Que ya la gripe pasó Por estar con su pendejá Murieron setenta y dos Lo dice Francisco El Hombre La cuenta la llevé yo De Cotoprix a Machobayo Murieron setenta y dos Y cuando olvidamos la gripe Entonces vino la hermana Que fue la viruela brava La que mató a don Felipe
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Palabra de hoy: Culillo

 (Del dim. de culo). 

1. m. Am. Cen., Col., Ec., P. Rico y Ven. miedo (‖ perturbación angustiosa del ánimo). Dar, entrar, tener culillo. 

2. m. Nic. Inquietud, preocupación.

3. m. Cuba. Prisa, impaciencia. 

4. m. R. Dom. rabia (‖ ira, enojo).

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lunes, 11 de mayo de 2015

Los murmuradores detestables

Autor: Hernán Baquero Bracho

 La murmuración es pecado, destruye con envidia y activa la maldad escondida en el corazón humano el deseo de dañar a los demás, robándoles el derecho a la intimidad, a la vida privada y a la honra. Un alto porcentaje de políticos, comerciantes, religiosos y gente del común pertenecen al club social de los murmuradores, expertos en hipocresía, trama y hacen planes para destruir al inocente, de apoyan en sus amigos y esparcen rumores con el fin de tomar ventaja sobre sus competencias. 

Los murmuradores son gente hipócrita y lisonjera, ingratos, traicioneros, sin piedad y esparcen comentarios males intencionados para acabar matrimonios, noviazgos, sociedades, amigos y familias: Realmente es gente detestable ante los ojos de Dios y no se quedan sin castigo. 

Dios aborrece la maldad escondida, los murmuradores son traicioneros, asesinos en potencia, no se andan con rodeos, sueltan su veneno con facilidad. No de desgaste con este tipo de personas, no hagas como ellos hacen, no es bueno entrometerse en asuntos ajenos, no dedicar tiempo a estas malas prácticas de la lengua. 

Andar con gente de fe nos ayuda a callar porque de las actitudes justas se agrada a Dios quien nos bendice con paz y bien. Dice Santiago en la Biblia “que no se critiquen unos a otros. El que habla mal del prójimo o se hace su juez, habla contra la ley y se hacen juez de la ley. Pero a ti, que juzgas a la ley, ¿te corresponde juzgar a la ley o cumplirla? Uno solo es juez: aquel que hizo la ley y que puso de salvar y de condenar. Pero, ¿quién eres tú para juzgar al prójimo?”. 

Más claridad y más severidad de la verdad del apóstol Santiago en su carta, nos deja a todos con un juicio severo de lo que es la murmuración y los murmuradores. Ahora aterrizando todo lo anterior y para ser más específicos en el departamento de La Guajira, esta plaga de murmuradores se encuentra irrigada en los cuatro puntos cardinales del departamento y de estos murmuradores no se salva nadie. Ahora que entramos en la época de la política para la elección de gobernador, alcaldes, diputados, concejales y ediles, esta gente detestable es la que más reina en la península. 

Los murmuradores tienen como terapia hablar mal de los demás y juzgar al prójimo y en este caso a sus contradictores políticos. Las esquinas de nuestros pueblos, los sitios de reuniones y los tertuliaderos se convierten en el pan de cada día y es más muchos de estos murmuradores a los primeros que le dan rejo son al del mismo movimiento político en el cual están militando. 

Claro como son lisonjeros, sapos y lagartos y con tal de ganar prebendas con el jefe o con el líder buscan cualquier manera de alcanzar méritos no importando que llevándose al otro con sus lenguas viperinas hacen un daño enorme a su misma campaña política y lo más grave más de una vez lo jefes les creen a estos murmuradores de marras. 

 El otro tipo de murmuradores y estos todavía se convierten en un mayor peligro para las comunidades, son los que murmuran y juzgan a diestra y siniestra a los otros contradictores políticos con bajezas y comentarios mal intencionados en todos los órdenes. 

 De ellos no se escapan ni los seres queridos, ni sus familias y mucho menos sus seguidores. Son los sátrapas del momento que con tal de tener una porción de mermelada de la política hacen lo que sea, inclusive le venden el alma al diablo y no se les escapa ni su mamá con tal de conseguir los objetivos que se propusieron pero no de manera correcta si no de una forma baja y rastrera. Los murmuradores son asesinos en potencia, no son felices, son ácidos, amargados y resentidos y para ellos el bien común se convierte en un catalizador, de un silogismo de no mentiras para que se genere una verdad.
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domingo, 10 de mayo de 2015

Saludo de Alejandro Rutto en el día de las madres

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viernes, 1 de mayo de 2015

Alejandro Rutto felicita a los trabajadores de Colombia

Escrito por: Oscar Rodríguez
Maicao-. Alejandro Rutto Martínez expresó una vez más su reconocimiento a quienes día a día elaboran el primer borrador de la historia a través de su compromiso con el trabajo y el esfuerzo por construir un presente valioso y un futuro prometedor.  Así mismo envió su saludo solidario a los maestros de Colombia para quienes pidió solidaridad en la lucha que han iniciado para mejorar sus condiciones laborales y la dignificación deel arte de la enseñanza.  

Rutto Martínez manifestó que no hay trabajadores más importantes que otros, todos son importantes y así tenemos que reconocerlo.  El laborioso empleado de que deja las calles limpias, el vendedor ambulante de tintos, el albañil, el vendedor de verduras en el mercado...todos ellos hacen un aporte valioso a la sociedad y deben ser reconocidos en esta fecha del Día Internacional del Trabajador en que el mundo rinde homenaje a quienes con su aporte físico o intelectual contribuyen a hacer más llevadera la vida de sus semejantes. 
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