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lunes, 24 de julio de 2023

El bicentenario de la batalla naval del Lago de Maracaibo


Escrito por:
Amylkar Acosta Medina


"Triste destino el de la gloria humana/ 

tan costosa, efímera y tan vana/ 

ayer, renombre, movimiento, ruido/ 

hoy torrente de lágrimas/ 

mañana, hondo silencio, soledad, olvido" 

 Gaspar Núñez de Arce  


Se cumplen doscientos años de la batalla naval que se libró en el Lago de Maracaibo, en la cual el gran protagonista fue el héroe guajiro José Prudencio Padilla, quien, siguiendo las instrucciones del Vicepresidente Francisco de Paula Santander, con su intrepidez y experticia vapuleó la escuadra realista en la Punta de Palma, frente al castillo de San Carlos, infligiéndole una estruendosa derrota a sus huestes que pretendían doblegar la resistencia de los patriotas, empeñados como estaban en coronar con éxito la gesta de la independencia en su porfiada lucha por alcanzar, a mandoblazos, en los mares triunfos tan rotundos como los ya alcanzados en tierra firme. Indudablemente la derrota de los realistas, que fue el triunfo de los patriotas, sirvió para consolidar la independencia patria. 

No cabe duda de que la batalla del lago de Maracaibo fue en los mares lo que la batalla de Boyacá en tierra. Sin el triunfo de aquella, no se habría podido consolidar ni recoger los frutos de esta última. Padilla no era un bisoño en estas lides, se había iniciado en su rauda carrera como mozo de cámara de la Marina Real; en ella hizo sus primeras armas, justo en momentos en los que España le declaró la guerra a Gran Bretaña el 12 de diciembre de 1804, en respuesta a sus provocaciones, al tiempo que firmó un tratado aliándose con la Francia napoleónica el 4 de enero de 1805. 

La célebre batalla de Trafalgar, que tuvo lugar el 21 de octubre, fue el culmen de esta confrontación, una de las más sangrientas y decisivas de las guerras napoleónicas. La flota franco – española perdió en esta conflagración 23 de 33 embarcaciones que se habían alistado para el combate y los británicos, al mando del Vicealmirante Horatio Nelson, ninguno, alzándose con la victoria la Gran Bretaña, lo que le significó su dominio absoluto de los mares hasta la segunda guerra mundial. 

Entre los 7.000 prisioneros que pagaron con su cautiverio el precio de la derrota estuvo Padilla, hasta que celebrada la paz retornó a España en 1808 y ese mismo año llegó de vuelta a su terruño, enrolándose en las tropas patriotas.

Bien pronto, sus dotes de marino avezado y corajudo lo catapultarían a encumbradas posiciones, las que le servirían de crisol en la forja del patriota integérrimo y de dura cerviz que lo caracterizaron, que pusiera en jaque a la otrora Armada invencible del Imperio español. 

Se constituyó Padilla, en abanderado de la causa de la independencia en los dilatados horizontes de nuestros mares, desplegando las velas de la libertad y anclando en el Lago de Maracaibo el mástil de nuestra emancipación definitiva. Siempre estuvo él en el ojo de la tormenta en los procelosos tiempos de la gesta independentista; con su arrojo y valor indescriptibles escribió las mejores páginas de nuestra historia: ora en la batalla memorable de Sabanilla, en la de la Laguna salada, en la Noche de San Juan, ora la del Lago de Maracaibo, donde las quillas anhelantes de las naves de Padilla siguieron su ruta de triunfos altaneros, alcanzando allí el cenit de su gloria y de su fama. 

Alcanzada la independencia, nimbado por la gloria, Padilla se constituyó en uno de los artífices de nuestra primera República. Pero la zalamería, los recelos, la inquina y las torvas estratagemas de sus solapados adversarios, lo malquistaron con el Libertador Simón Bolívar. 

Fue éste el execrable camino escogido por los pérfidos ujieres palaciegos, para llevar hasta el cadalso al Heraldo de nuestra independencia recién alcanzada. Mariano Montilla, de la mano de Urdaneta, sería el encargado de fraguar el artero golpe, propalando la especie de que Padilla se contaba entre los conjurados de la aciaga noche septembrina. 

Eran aquellos azarosos tiempos para la República, en los que cernía sobre ella la amenaza de la entronización de una abominable tiranía. No era Padilla hombre de contubernios; nunca puso su espada al servicio de causas innobles. Bolívar, atormentado y obcecado por el pertinaz empeño del corro de sus aduladores, compelería al héroe riohachero, en medio de sus cavilaciones, a hacer suya la reflexión de Rubén Darío: "Águila que eres la historia, dónde vas a hacer tu nido? 

En los picos de la gloria? ¡Sí, en los montes del olvido"! Cruel final se le deparó al Almirante Padilla: degradado primero, fusilado luego y escarnecido en la horca después, imitando el vitando proceder del realista expedicionario Pablo Murillo, conocido, por su crueldad, como El pacificador. Pero, con su gesto altivo y temerario, triunfó sobre su vil sacrificio, como el Cid campeador. 

Él, igual que Córdoba, acobardó a sus verdugos con su temple y valor indomables y ocupa un sitial especial por su bizarría, como ejemplo vívido para la posteridad. Sus despojos mortales reposan en una cripta en la Catedral Nuestra Señora de los Remedios de Riohacha, capital del Departamento de La Guajira, la cual fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación Colombiana en su honor. 

Nos recuerda el reputado historiador Carlos White Arango, a propósito de Padilla, la sentencia de los sabios en los areópagos de Atenas: "comparezcan las partes dentro de cien años". En el caso que nos ocupa ya comparecieron y Padilla fue rehabilitado tras un fallo inapelable de la propia historia, que destaca su lealtad a toda prueba y su encendido patriotismo, que no pudieron eclipsar sus detractores ocasionales, resplandeciendo fulgurante su figura señera e incontrastable. Así lo reconoció la Convención de la Nueva granada en noviembre de 1831, al rehabilitar su memoria en nombre del pueblo colombiano (¡!).

Enhorabuena, en cumplimiento de la Ley 2012 del 30 de diciembre de 2019, emitió con fines conmemorativos y por una sola vez la moneda de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y Declaratoria del 24 de julio como día de la Armada de Colombia. A su izquierda de su efigie figura el texto “Almirante José Padilla López” y la frase “Morir o ser libres”, tomada de su proclama dirigida a sus hombres antes de iniciar la histórica contienda. 

miércoles, 13 de abril de 2022

150 años de la graduación de "El Negro" Robles


Escrito por:
Amylkar Acosta Medina

Hace 150 años el prohombre guajiro, figura cimera de afrocolombianidad en el siglo XIX, Luis Antonio El Negro Robles, fue recibido, como se decía por aquellas calendas, como doctor en Jurisprudencia en el procero y tricentenario Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario, hoy Universidad del Rosario.

Descolló como uno de los más brillantes e inteligentes estudiantes de su promoción. El 13 de abril de 1872 tuvo lugar la ceremonia de su graduación, con honores de parte del claustro que lo acogió como uno de sus discípulos más aventajados.

Ello le mereció ser distinguido como Colegial, título este reservado para los 15 estudiantes con mayores méritos académicos, excelsas calidades morales y gran probidad de la institución, siendo esta la mayor aspiración de todo rosarista.

Su sólida formación académica se la debió a su Alma Mater, abrevando en ella los “nuevos saberes ilustrados”, legado este e influjo de las reformas borbónicas en la península ibérica, en contraposición a la escolástica y el confesionalismo que predominaba en la enseñanza para la época. El Acta de independencia da cuenta de la enorme contribución de la Universidad del Rosario a la causa de la emancipación.

En ella están estampadas las firmas de muchos de sus egresados, mientras otros fueron sacrificados en el Altar de la patria a manos del pacificador, como se conoció al señor de horca y cuchillo Pablo Morillo, en su vano intento de reconquistar las colonias que se le estaban saliendo de las manos a la Corona española a la que servía.

El Negro Robles, además de un denodado luchador desde el radicalismo liberal en el que militó, que lo llevó, en una carrera meteórica, primero al parlamento (1876), luego a la Secretaría del tesoro y Crédito Nacional (1877) y posteriormente a la Presidencia del 1 Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia 2 Estado Soberano del Magdalena (1878), se desempeñó con lujo de competencia en la Academia.

Fue así cómo se consagró como uno de los fundadores de la Universidad Republicana (1890 - 1919), de donde nació la Universidad Libre de Colombia (1923), de la cual fue, además de docente, su Rector (1892 – 1894)). Posteriormente regentó la Universidad Central de Managua (Nicaragua, 1895). Entre sus obras se destaca la Introducción a la filosofía de la moral y las ciencias políticas (2009), la cual compila apuntes de sus clases, cuya autoría es de Alejandro Hernández (1906), rescatados y editados por su biógrafo el ex magistrado y ex secretario general de la Asamblea Nacional Constituyente Jacobo Pérez Escobar (2009).

Entre sus obras se cuenta El Código de comercio comentado y concordado (1899), no alcanzó a ver la luz su estudio sobre Derecho público, legislación y derecho civil. Esta era la otra faceta del Negro Robles, la del intelectual, porque él fue un hombre multifacético y gozaba de una gran versatilidad. Cabe destacar también su membresía en la Sociedad Colombiana de Jurisprudencia.

La Universidad del Rosario, cuna de la independencia, epicentro de tantos acontecimientos de nuestra historia republicana, como lo atestiguan tantas placas conmemorativas en su augusto recinto, con las cuales se les rinde tributo a sus más ilustres egresados, también él, el Negro Robles, se hizo merecedor a la suya. 


Luego de un acto especial en su Aula máxima, en abril de 2010, presidido por el señor Rector Hans Peter Knudsen, se descubrió una placa conmemorativa en honor a él, la que se distingue por ser única placa de color negro, como su tez. En dicho acto tuve la oportunidad del alternar con el doctor Pérez Escobar con una disertación sobre El Negro Robles: adalid de la democracia.

El texto Luis Antonio Robles. Sombra y luz. Con la sombra en la epidermis y la luz en el Alma, publicado por la Universidad del Rosario (2010) recoge las memorias de este solemne acto. 

domingo, 10 de abril de 2016

La gobernanza de los recursos naturales

Escrito por: Amylkar D. Acosta M[1]


El sector de recursos naturales, especialmente los no renovables, ha constituido por décadas

sábado, 12 de diciembre de 2015

BUENA NUEVA

Amylkar D. Acosta M 

 Este país llamado Colombia que se debate entre la tragedia y la frivolidad, hechos como el que se viene protagonizando en Cali, de interés e importancia planetaria, no tienen la acogida ni el registro noticioso que ameritan. Me refiero a la primera edición en América Latina y el Caribe y la quinta en el mundo de un certamen internacional de gran reconocimiento, como lo es el Solar Decathlon. 

Este tuvo su origen en los EEUU y consiste en una competencia en tecnología e innovación, en el que participan universidades, centros de investigación y empresas con propuestas de solución sostenibles de suministro de energía solar a las residencias. 

Fue creada por el Departamento de Energía de los EEUU en 1999 y su primera justa tuvo lugar en Washington en 2002 y desde entonces se ha venido rotando entre las distintas regiones del mundo, así en Madrid, como en China y Francia. Esta vez le llegó el turno a América Latina y el Caribe (SDLAC) y a Cali le tocó rivalizar nada menos que con Ciudad de México, Santiago de Chile y Río de Janeiro y se ganó la sede para su realización gracias a su ingeniosa propuesta, única en su género. El secreto de su éxito estuvo en la propuesta del Alcalde de Cali Rodrigo Guerrero de enfocar las propuestas de solución hacia viviendas de interés social (entre 60 y 80 metros cuadrados de área construida), además de construir una Villa Solar que se convertirá en laboratorio urbano permanente, la que se constituirá en un obligatorio referente a nivel mundial del ahorro y uso eficiente de la energía solar para uso domiciliario. 

Quienes habiten estas viviendas sentirán un gran alivio, pues en lugar de ser EMCALI quien le facture la energía consumida, será la Villa la que le facture a EMCALI los excedentes de energía generada por los paneles solares instalados en la misma (¡!). Como lo afirmé como Ministro de Minas y Energía, al término de la firma del Memorando de Entendimiento con el Departamento de Energía de EEUU en Washington el 10 de marzo del año pasado, con el mismo se le dio el banderazo a la exposición que ahora tiene lugar en los predios de la Universidad del Valle. 

Como lo afirmó el Director de este importante proyecto Carlos Rodríguez, entre los beneficios que le reportará a Cali y al país está el que, aunque la propiedad intelectual de los equipos instalados en las 15 casas – modelo por parte de más de 650 “decathletas”, la organización y el municipio de Cali se reservan los derechos de uso de los prototipos. 

Estos al concursar pasan por una evaluación por parte de un exigente jurado integrado por expertos y deberán superar las diez pruebas a los que son sometidos y que son en últimas las que le dan su nombre a dicha competencia: arquitectura, ingeniería, eficiencia, balance energético, innovación, sostenibilidad, funcionamiento, mercado y comunicaciones, factibilidad económica e innovación.

Este importantísimo despliegue de la inventiva, la innovación y la tecnología en materia de energía eléctrica se da justo en momentos en que la comunidad internacional se da cita en Paris para buscar acuerdos que permitan tomar medidas eficaces en procura de evitar que el aumento de la temperatura media a nivel global supere los 2 grados centígrados con respecto a la era preindustrial. Y para ello es menester reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), cuya concentración en la atmósfera son la causante del calentamiento global, siendo la generación de energía a partir de fuentes renovables y limpias, como lo es la energía solar, el mejor antídoto. 

A este propósito, Colombia, que lidera los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas se comprometió a reducir en un 20% sus emisiones de GEI hacia el 2030, que de otro modo pasarían de 224 millones de toneladas en 2010 a 335 millones para dicho año. Podría afirmar, sin lugar a equivocarme que el SDLAC es la cuota inicial que pone Colombia como anticipo del cumplimiento de dicha meta por parte del sector energético, que contribuye con 65 millones de toneladas. Se da también en momentos en que el fantasma del racionamiento eléctrico vuelve a rondar, amenazante, al país y este se ve urgido de aprovechar el enorme potencial que posee en energías alternativas, ahora aupadas por la Ley 1715 de 2014 que promueve la generación y uso de fuentes no convencionales de energía y que acaba de ser reglamentada por parte del Gobierno. 

Además de los incentivos y estímulos contemplados en la misma (exención del pago de aranceles para los equipos importados, depreciación acelerada de los mismos, exoneración del IVA y deducción del impuesto de renta hasta el 50% de la inversión, entre otros) es de anotar que los costos de generación de energía solar en el mundo han caído dramáticamente, pasando desde los US $30 el KWH en 1984 a US $0.16 en 2014 (¡!). 

En tales condiciones, las perspectivas de las energías renovables, particularmente aquella proveniente de los rayos solares, que tanto abunda en el trópico, son muy promisorias en Latinoamérica en general y en Colombia en particular. Colombia, entonces, tiene en el SDLAC una gran ventana de oportunidad que no debe desaprovechar, de utilizar y masificar el uso de la tecnología que resulte ganadora de este concurso en sus programas de viviendas gratuitas y en aquellas de interés prioritaria, simple y llanamente dándole oficio a los techos y terrazas de los bloques de vivienda que se construyan y por qué no también a las ya construidas. 

Este sería el complemento perfecto a las soluciones de vivienda populares, ya que no pocas veces el pago de la factura de energía se convierte en el dolor de cabeza para los moradores de las mismas.

Bogotá, diciembre 5 de 2015 www.fnd.org.co
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lunes, 9 de noviembre de 2015

El cargo y la confiabilidad

Amylkar D. Acosta M.  

A consecuencia del terrible fenómeno de El Niño que está impactando a todo el territorio colombiano, según XM, empresa filial de ISA y operadora del mercado eléctrico, en este mes de octubre, que se caracteriza normalmente por su alta pluviosidad, los aportes hídricos a los embalses que sirven a las centrales hidroeléctricas a duras penas rozaron el 45% de la media histórica de los últimos cuarenta años. 

Increíble, pero cierto, ello explica que, según la misma fuente, el 31 del mes de octubre el nivel promedio del agregado de los embalses en el país bajó más de 15 puntos porcentuales con respecto a la misma fecha del año pasado, situándose en un 62.5%, con tendencia a la baja. Y bien ha dicho el inversionista y filántropo Warren Buffett, que “sólo cuando baja la marea se sabe quien nadaba desnudo”. Y esto ha sucedido con la operación del mercado de energía y algunas de las normas regulatorias que lo rigen. A raíz del apagón de 92 – 93, se expidió la Ley 143 de 1994, recogiendo las lecciones aprendidas de ese viacrucis que le significó a los colombianos soportar 7 horas diarias de racionamiento durante 14 largos meses. 

Qué fue lo que precipitó el colapso del sector eléctrico en aquella oportunidad? Primero, su dependencia en más de un 80% de la generación hídrica y segundo, las plantas térmicas que le servían de respaldo no estaban en condiciones de operar, unas por falta de mantenimiento y otras porque no disponían del combustible para operar. La culpa, entonces, no fue tanto el fenómeno de El Niño como de la miopía en el planeamiento del sector y de la imprevisión. 

De allí nació la necesidad de ampliar el componente térmico de generación y para estimularlo se creó el cargo de respaldo, que en 1996 se extendió también a las hidroeléctricas, ahora denominado cargo de capacidad. En el 2006 la CREG le introdujo ajustes y desde entonces se conoce como cargo por confiabilidad. Siempre he considerado, como el resto de los colombianos, este cargo como un seguro, sólo que como todo seguro este no cubre todos los eventos. 

En este caso el amparo de este seguro sólo cubre hasta la disponibilidad de la planta, esto es que esté en capacidad de arrancar en el momento que el sistema lo requiera y se activa en el momento en que el precio en bolsa rebasa el denominado precio de escasez. Por lo tanto lo que pagamos todos los usuarios en la factura del servicio de energía debe tener como destinación la construcción de la planta, su alistamiento y mantenimiento y en general los costos fijos que ello conlleva. 

No cubre los costos variables. 1 Ex ministro de Minas, Energía e Hidrocarburos 2 A raíz del fenómeno de El Niño los precios en bolsa se treparon hasta llegar a niveles estrambóticos, como el 5 de octubre que se cotizó el KWH a $2.831, casi 10 veces el precio de escasez (¡!), que se situó en el mes de octubre en $302 el KWH. Ante la caída en los embalses y el pronóstico del IDEAM en el sentido que el fenómeno de El Niño se prolongará hasta marzo y terminará disipándose hacia el mes de junio del año entrante y dado que el precio de bolsa había superado el precio de escasez, las térmicas debieron entrar a cumplir con su obligación de oferta en firme de la energía (OEF) a cambio del cargo. Hasta ese momento estaban en Stand by. 

En vista de que no hay disponibilidad de gas en el mercado, aquellas plantas que no contaban con contratos de suministro de este energético se vieron precisadas a operar con combustibles líquidos, que son mucho más costosos. Generar un millón de BTU con gas cuesta US $7 y generar ese misma cantidad de energía con combustibles líquidos sale por US $24 (¡!); este hecho sobreviniente abocó a estas plantas a su inviabilidad financiera. 

El mayor inconveniente que esta situación plantea es que si las térmicas no generan los 85 GWH/D de los 190 GWH/D que se están demandando y que, según el más reciente informe de XM, “debería superar los 90 MWH/D” 2 , las hídricas que reciben el cargo por confiabilidad tampoco estarían en condiciones de cumplir con la entrega de la energía en firme a la que están obligadas, lo que precipitaría una falla sistémica de enormes proporciones, el cual se traduciría ineluctablemente en otro apagón. Esto fue lo que quiso impedir el Ministro de Minas y Energía Tomás González con las medidas que tomó la semana anterior.

Las críticas no se hicieron esperar, pues muchos asumían que las pérdidas en que incurrirán las plantas que operan con combustibles líquidos, que se calculan en $3.3 billones hasta marzo del año entrante, deberían enjugarse con la remuneración que recibieron por concepto del cargo por confiabilidad. Pero no se le puede pedir peras al olmo, la destinación de esos recursos, como ya quedó dicho, es otra y ello pone de manifiesto que algo falló en la regulación. Desde luego, los organismos de control hacen bien en constatar si los más de US $7.800 millones que se han pagado por el cargo de confiabilidad se han invertido en lo que corresponde. 

En efecto, además de que al calcular el precio de escasez se tomó como referente el precio internacional del fuel oil y no el diesel, que es el que usan las plantas térmicas, tampoco previeron la falta de gas, amén de que el precio de este se liberó y dejó de estar atado como lo estuvo por un largo tiempo al fuel oil. Ello causó un dislocamiento total del esquema, que hizo crisis y 2 Portafolio. Noviembre, 3 de 2015 3 amerita su revisión, pues los sobrecostos para las térmicas es superior a los $460 por KWH generado. 

Muchas han sido las críticas que se le han hecho a la forma como viene operando el cargo por confiabilidad, al constatar que muchas veces se remunera mejor a aquellas plantas que ya se han amortizado que a las nuevas que entran en operación, que no obstante que el cargo se paga es por la disponibilidad de la planta se registran casos de hidráulicas que al estar sin capacidad de embalse, no están operativas, no están disponibles y sin embargo se les sigue pagando el cargo por confiabilidad Amén de que, como lo afirma el ex ministro de Minas y Energía Guillermo Perry, “errores de regulación conducen a que muchas plantas hidráulicas hagan enormes utilidades a costa nuestra”3 , por las rentas que se transfieren de las térmicas a las hídricas. 

Rentas estas que bien podrían servir para crear un fondo de estabilización de precios, con cuyos recursos captados se podría cubrir contingencias como esta que ha llevado a un aumento de tarifas a los usuarios. 

También se ha planteado como alternativa, además de poner correctivos al funcionamiento del mercado mayorista de energía, poniéndole coto al poder de mercado que se puede estar dando, promover el mercado de futuros y por qué no incursionar, como lo han hecho otros países en las opciones financieras, a través de los derivados energéticos, que les permitiría a los generadores, en circunstancias como las actuales, absorber sus pérdidas por este medio. 

Bogotá, noviembre 8 de 2015

www.amylkaracosta.net

 3 El Tiempo. Octubre, 8 de 2015 hidden hit counter
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lunes, 6 de abril de 2015

Carlos Gaviria: el librepensador

Amylkar D. Acosta M

 “Feliz el hombre a quien al final de la vida no le queda sino lo que ha dado a los demás” Armando Fuente

A La vida del Profesor Carlos Gaviria Díaz parece inspirada en la Ilustración y los ilustrados del siglo XVIII, quienes le dieron vida al movimiento intelectual de los Enciclopedistas, embrión de la Revolución francesa y de Los derechos del hombre y del ciudadano, condensados en sus tres principios luminarios: la libertad, la igualdad y la fraternidad.

La Ilustración sólo blandió un arma, la razón y apeló a un medio, la educación, al considerar que si al pueblo se le educaba y se le develaba la verdad no reincidiría en los mismos errores y horrores del pasado cruel. Carlos Gaviria a lo largo de su trasegar durante todo su periplo vital, que osciló entre la academia y la Política, sólo apeló a la razón como arma, fulminante por lo demás, para refutar a sus contradictores y para defender sus ideas, de las que siempre fue un militante irreductible. Siempre creyó, como demócrata integral que fue, en la fuerza del argumento y jamás recurrió ni cohonestó con quienes esgrimen el argumento de la fuerza para imponer sus puntos de vista.

Y la educación para él fue su obsesión y a ella se consagró por luengos años; su cátedra no estuvo confinada a las aulas universitarias, empezando por su Alma mater (la Universidad de Antioquia), porque siempre que daba una conferencia o participaba en paneles y foros lo hacía en ejercicio de su cátedra, ya que él nunca dejó de ser el inspirado y acucioso Profesor que conocimos desde la década de los años 70 del siglo pasado.

 Carlos Gaviria fue en vida un brillante intelectual, en todo su esplendor, siendo esta la más alta escala de la condición humana, a la que sólo les es dable acceder a mentes privilegiadas como la suya. Siempre que hablaba y él era de un verbo muy cultivado y elocuente, con un enorme poder de convencimiento, ponía a pensar a sus interlocutores y cautivaba la atención y el respeto del auditorio por su bagaje de conocimientos y el arsenal de argumentos, con toda su carga de profundidad.

Él, además de ser un aquilatado jurisconsulto era un aplomado filósofo del derecho, émulo de Sócrates, de Kant, de Kelsen y cómo no, de su filósofo de cabecera, el austríaco Ludwig Wittgenstein. De modo que cuando llegó a la Corte Constitucional admirable, a la que le dio vida la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, le hizo honor y le dio lustre a la misma, sus providencias al igual que sus salvamentos de voto como Magistrado son piezas magistrales que dejaron una profunda e indeleble huella y siguen siendo obligados referentes del Derecho aún allende nuestras fronteras patrias.

El ex presidente de Francia, el socialista Francois Mitterrand afirmó en alguna ocasión que “la responsabilidad del intelectual es mayor que la que puede tener un financista, un empresario o el gerente de una empresa, por una sola razón, porque influye sobre demasiadas personas”. Intuyo que fue esta responsabilidad del intelectual y su compromiso con Colombia los que lo llevaron a abrazar una causa partidista, liderando el Polo democrático y aspirando a la Presidencia de la República.

Él encontró en el proselitismo político el mejor conducto para amplificar su mensaje, siempre coherente, consistente, porque en Carlos Gaviria no se conoció la doblez o el transfuguismo ideológico ni transigió con él.

Su vida toda, que fue ejemplar y ejemplarizante, también lo fue en la Política, él demostró que se puede ser político y honrado a la vez. Él, que fue socialista a fuer de Liberal manchesteriano, predicó con su propio ejemplo que la ética es consustancial con el sano ejercicio del derecho y de la Política, que tratar de separarlos es como intentar aplaudir con una sola mano.

Pero, además, era un convencido con Ludwig que “la ética no se predica, la ética se muestra” y que “la ética y la estética van de la mano”, así como también abrigaba la esperanza de que “la belleza y la verdad sean una sola cosa”. Ese era su talante! Carlos Gaviria, el libertario y el vanguardista se nos fue, pero su pensamiento y sus ideas quedan sembradas en la mente de sus incontables discípulos y seguidores, entre los cuales me cuento, porque su legado lo trasciende, como a todos los grandes. 

Su erudición y su capacidad oratoria la vamos a echar de menos, pero allí nos quedan sus obras, sus escritos y sus conferencias, que seguirán siendo una invaluable fuente nutricia para las presentes y las futuras generaciones del intelecto. Carlos Gaviria fue un adelantado de su época, quien mostró su gran lucidez y sapiencia hasta la víspera de su deceso.

De él puede decirse que al igual que los barcos de guerra se hundió en los piélagos del ancho mar con las luces encendidas en medio del fragor de la batalla. Él mismo, apelando a uno de sus autores favoritos de la literatura, que era una de sus tantas veleidades intelectuales, al lado de la música y el deporte, Jorge Luis Borges, trajo a colación en una de sus acostumbradas conferencias, esta vez sobre el mundo de la metafísica borgiana, una de sus frases metafóricas que fue como una premonición de lo que sería su momento postrero: “el río es el río de Heráclito, que se confunde con el tiempo, que somos nosotros, con lo transitorio, con lo que pasa, con lo ilusorio”. Paz en su tumba! Bogotá, abril 5 de 2015 www.fnd.org.co


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viernes, 25 de junio de 2010

Juan Manuel Santos: marcando territorio

Por: Amylkar D. Acosta M

“Crecer para incluir e icluir para crecer”
Michelle Bachelet

Santos se desmarca

Desde sus primeros escarceos, en el transcurso de la segunda vuelta de la elección presidencial Juan Manuel Santos empezó a desmarcarse, más que del Presidente Uribe, de la administración Uribe, al imprimirle su propia impronta a su programa de gobierno. Su propuesta de un gobierno incluyente, de unidad nacional, contrasta con el actual, caracterizado por la confrontación y la pugnacidad. Y lo reafirmó en su discurso de proclamación el domingo 30, después de alcanzar una resonante victoria que no por previsible fue menos sorprendente, dada la elevada votación alcanzada, de más de 9 millones de sufragios y el amplio margen con respecto a su contendor, el profesor Mockus, que superó el 40%.

Después de haber obtenido el 46.6% de la votación en primera vuelta, esta vez logró alcanzar el 69.06% de la misma; ello, sumado a la amplia y variopinta coalición que lo respaldó, le da una robusta base de apoyo para su gestión como Presidente de la República.

Varios son los aspectos a destacar de su discurso a la Nación el pasado domingo. Fue enfático cuando afirmó que con él se había elegido “una forma de concebir la democracia”, para luego dejar en claro que “el reloj de la historia hoy marca una nueva hora, llegó la hora de la unidad nacional. Llegó la hora de la concordia entre los colombianos, de trabajar juntos por la prosperidad de Colombia". Y fue mucho más lejos cuando invitó a que “demos vuelta a la página de odios, demos vuelta a la página de las divisiones inútiles…mi gobierno buscará recuperar el equilibrio y la armonía entre los poderes públicos”.

Y fue reiterativo en su exhortación a desarmar los espíritus, “no más confrontaciones inútiles, no más divisiones” puntualizó Santos. Según él mismo, va a entenderse “con la institucionalidad de los partidos, no con el clientelismo” para trabajar “ por una democracia moderna, fuerte, con partidos sólidos y representativos, ya sea para apoyar la obra de gobierno o para hacer una oposición constructiva”. No cabe duda de que en estas expresiones se ponen de manifiesto otro tono y otra tónica, acompañados de un cambio de estilo y otro talante muy distinto del que ha prevalecido en los últimos años en la Casa de Nariño.

Y de alguna manera es también una reivindicación de la institucionalidad, tan venida a menos durante el gobierno que termina. Ello ha dado pié para que incluso se especule sobre un virtual distanciamiento de Santos y Uribe. El columnista Ernesto Yamhure se pone en guardia contra tal eventualidad, que él no duda en calificar como traición de parte de Santos, acotando sin mucha convicción pero con demasiada aprensión que no cree “que él se preste para una miserable jugada” . Y para disipar dudas él considera que Santos debe aferrarse a lo que él denomina “entramado ideológico que conocemos como uribismo” para lo cual, según él, “tendrá que mantener la vigencia del discurso uribista” . Y este, como ya lo hemos reseñado es muy diferente del santista; por ello, estoy más de acuerdo con Yamhure cuando afirma que “Juan Manuel es el dueño de su destino; está en sus manos la administración del mismo” .

Punto y aparte

Y así lo ha entendido Santos, pues desde el mismo día en el que fue electo a dado pasos en los que se denota su autonomía de vuelo y con los que se ha encargado de marcar territorio. Su cita con las altas cortes una semana después que estas le habían dado el portazo al Presidente Uribe a raiz de sus declaraciones destempladas en contra de la rama de la Justicia dejá mucho qué pensar. Sus anuncios de que él restablecerá los ministerios de ambiente, justicia y salud subsumidos por el actual gobierno, suena más a enmendadura de plana que a acto de fé en el “entramado idelógico que conocemos como uribismo”.

Lo propio podemos decir con respecto a la integración de su equipo de gobierno, si nos atenemos a las primeras designaciones, en las que brillan por su ausencia los más caracterizados exponentes del uribismo ultramontano. Bien dice la columnista Natalia Springer que “si Juan Manuel Santos quiere unidad y un efectivo desmonte de la polarización que amenaza sus posibilidades de gobernar, tendrá que apostarle en serio a compartir el poder al costo de romper con Uribe -que no se lo va a perdonar-, más temprano que tarde.

La alternativa es, por supuesto, movilizar todo su poder para aplastar tanto a la oposición como a la justicia, que por todas partes revienta con escándalos imposibles de ocultar -'Yidispolítica', 'parapolítica', 'chuzadas', Agro Ingreso Seguro, zonas francas, los 'doce apóstoles', corrupción, tierras-, dedicarle su gobierno a cuidarle los huevos a su predecesor y terminar aislado internacionalmente y cercado por una oposición creciente y de amplio espectro, cuyo peso no está en el número de votos que aporta, sino en su valía moral. Santos, tarde o temprano, tendrá que escoger entre defender a Uribe y gobernar, y mi apuesta es que preferirá lo segundo” .

En este orden de ideas resultan muy interesantes las declaraciones tanto del Presidente electo como del designado Ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, con respecto a los planes de privatización que traía el gobierno saliente. Al preguntársele si estaba dispuesto a vender la participación de la Nación en ISAGEN y ECOPETROL, Santos fue tajante al responder que “no es sano para una economía vender activos que son muy productivos que son muy productivos: simple y llanamente para tapar un hueco fiscal, porque se tapa una sola vez y después vuelve y se repite y se queda uno sin el pan y sin el queso” .

En ello coincide con Pardo, Petro y Vargas y no es para menos, pues como afirman los ingleses uno no puede comerse un pastel y al mismo tiempo tenerlo. Con mucha razón sostiene Echeverry con respecto a la posibilidad de tales enajenaciones que “no es bueno vender la nevera para comprar mercado, de manera que no hay una urgencia para hacerlo” .

Él confía en que “con las proyecciones, por ejemplo del aumento de regalías y una serie de reformas que vamos a hacer, no va a haber necesidad de una reforma tributaria” , descartándola de plano como alternativa para financiar el abultado déficit que heredará la nueva administración de la actual. Ya anunció que “Hay que reformar las regalías, hay que reformar la salud, hay que hacer un plan de choque de empleo con una ley de formalización y hay un cúmulo de reformas” . Cómo piensa Santos, en principio, enjugar el actual déficit? Estas son sus palabras: “estimamos que el tema minero, incluyendo regalías, puede aportar cerca de 2% del PIB; la formalización, 0.8%; la reducción de las exenciones, 0.3%; el incremento del recaudo, 0.6% y las mejoras en eficiencia, 0.4%” .

La regla fiscal al orden del día

Colombia está empezando a vivir un nuevo boom de la minería y el petróleo, de hecho en los últimos años más del 90% de la afluencia de inversión extranjera directa (IED) se ha orientado a tales desarrollos aupados por la gran voracidad de China y la India, las dos nuevas locomotoras de la economía global. Se habla de más de US$42.000 millones de dólares de inversión en dicho sector de aquí al 2015, lo cual le plantea un enorme reto al país, pues su monetización puede causar serios traumatismos de contraerse la enfermedad holandesa.

De allí la necesidad de restablecer mecanismos como el que enhorabuena se estableció en el país en 1995 , pero que posteriormente se ferió desatentadamente en víspera del coletazo de la gran crisis global enredando su manejo. Se trata de congelar parte de los recursos proveniente de la bonanza de precios del carbón, petróleo y níquel, en dólares o en euros, fundamentalmente con la doble finalidad de ahorrar en la época de las vacas gordas y disponer de tales recursos en la época de las vacas flacas para poder hacer política fiscal contracíclica, al tiempo que se evitaría de esta manera una presión adicional sobre la tasa de cambio que tanto daño hace a los demás sectores exportadores. Así lo han hecho Noruega y Chile, con mucho éxito.

Este Fondo sería parte integral de la propuesta Regla Fiscal, que busca básicamente obtener un superávit primario del 1.5% del PIB como mecanismo de estabilización fiscal, fórmula esta que cuenta con un gran consenso en el país. Este, entre otras cosas, es uno de los prerrequisitos para que la economía colombiana recobre la calificación Grado de Inversión de su deuda soberana que perdió hace más de una década.

Y este no es un asunto de poca monta, pues, como lo afirma la revista Dinero “en el mundo de hoy, el Grado de Inversión es un estándar para quienes aspiran a mantenerse en la mira de los inversionistas internacionales…En tanto no tenga grado de inversión, Colombia estaría en un alto riesgo de un cierre de crédito” .

Como si esto fuera poco, “el grado de calificación determina el costo del financiamiento del gobierno…El costo del capital en países con Grado de Inversión es menor y esto se constituye en una variable crítica para las empresas que necesitan competir con rivales extranjeros” . Tal vez el mayor obstáculo para lograr este cometido ha sido el desbarajuste fiscal; de modo que sin disciplina fiscal no vamos a ningún Pereira.

Ajuste a las regalías

En concepto de Juan Carlos Echeverry, "con el boom minero y la bonanza que se espera que pueda venir en los próximos años, las regalías van a aumentar de manera sustancial, de manera que hay que cambiarle la gobernabilidad a esas regalías y esparcirlas en todo el territorio nacional y no sólo focalizarlas en ciertos sitios, además de darle un enfoque regional a ciertos proyectos que se necesitan para que el país crezca" .

Santos y su equipo económico tienen en la mira las regalías; a juicio de Echeverry “con el boom minero, la bonanza que se espera que pueda venir en los próximos años, las regalías van a aumentar de manera substancial, de manera que hay que cambiarle la gobernabilidad a esas regalías y esparcirlas en todo el territorio nacional y no sólo focalizarlas en ciertos sitios y además darle un enfoque regional a ciertos proyectos que se necesitan para que el país crezca, además de salud, educación” .

No es claro todavía lo que se pretende hacer en esta materia, pues no se distingue entre las regalías directas que reciben por derecho propio los departamentos y municipios productores y portuarios - las cuales pasarán de $6 billones que recibirán este año a $12 billones hacia el 2014, de 1 a 2 puntos largos del PIB - y las regalías indirectas que nutren el Fondo Nacional de Regalías (FNR) que administra el DNP. Sólo se ha adelantado que se pretende “cambiar sustancialmente su uso, su aplicación, su decisión, su gobierno sobre dónde, cómo, para quién, entre otros, eso es lo que se va a modificar y eso requiere una reforma muy profunda” .

Este es un asunto muy sensible, que amerita una cirugía mayor para frenar el desperdicio, dilapidación y defraudación de tales recursos, ganando en eficiencia, eficacia y transparencia en la ejecución de los mismos, sin desmedro del interés regional, y, por lo tanto, se debe manejar con guantes quirúrgicos.

Las cinco locomotoras

Pero, definitivamente, la mayor apuesta del gobierno de Santos será por elevar el ritmo de crecimiento de la economía hasta alcanzar niveles superiores al 5.5% y, lo que es más importante, garantizar su sostenibilidad. De ello dependerá en gran medida alcanzar la meta de bajar la tasa de desempleo a un solo dígito, por debajo del 9% en 2014 y del 6% en 2020 . Nos ha sorprendido gratamente Echeverry con su categórica afirmación en el sentido de que “los economistas siempre pensamos que cambiando una tasa de parafiscales y entonces todos estas actividades van al otro día a formalizarse. Yo ya he dejado de creer en eso.

Creo que el neoliberalismo ha muerto” . Se prevé, en cambio, combinar la cuestionada deducción del impuesto de renta sobre nuevas inversiones en activos con la deducción sobre el incremento de la nómina de trabajadores formales , como lo recomiendan Botero y Cavallo .

También dependerán del ritmo de crecimiento los ingresos fiscales que perciba el gobierno; si tales expectativas de crecimiento no se cumplen se complica el panorama fiscal ya de por sí preocupante. El ex ministro de Hacienda Guillermo Perry sostiene que “el crecimiento pasado no resolvió el problema fiscal” , pero olvida él que la razón de ello fue la proliferación de gabelas decretadas a favor del gran capital, cuyo monto sobrepasó los $26 billones entre 2003 y 2008; en el sólo 2009 le significaron al fisco $8 billones. Entonces, que no busquen el ahogado aguas arriba que por allá no lo van a encontrar.

Para impulsar la economía la administración Santos se apoyará en lo que en su programa se catalogan como los cinco sectores locomotoras , son ellos la infraestructura, el agro, la vivienda, la innovación y la minería, en su orden.

Es bien sabido que Colombia tiene un enorme rezago en materia de infraestructura (dobles y triples calzadas, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, navegabilidad de los ríos y comunicaciones), de modo que con la inversión en esta se matan dos pájaros con un solo tiro: se dinamiza el crecimiento de la economía, la cual apareja una gran generación de empleo, al tiempo que se subsana este cuello de botella para avanzar en productividad y por ende en competitividad. La Agenda Interna para la Productividad y la Competitividad de la cual ya se dispone es el reto que deberá enfrentar sobre todo el nuevo Ministro de Transporte ya designado Germán Cardona.

En cuanto al sector agrícola el reto es aún mayor, habida cuenta de su prolongado estancamiento; según las cifras que acaba de revelar el DANE, no obstante que el PIB en su conjunto muestra un alentador repunte en el I semestre de este año, con un crecimiento del 4.4%, especialmente jalonado por el crecimiento de la construcción (15.9%) y la minería (13.2%), el único sector que tuvo crecimiento negativo (-1.3%) fue la alicaída agricultura. La agroenergía vinculada al desarrollo de los biocombustibles, junto con la producción de alimentos a gran escala, está llamada a reconvertir y dinamizar este sector hacia el futuro, para lo cual es fundamental contar con el apoyo del Estado.

El ejemplo de Brasil es paradigmático y digno de imitar: al tiempo que es la principal potencia exportadora de etanol es también el principal uno de los principales graneros del mundo. Hablando de vivienda, según los datos de CAMACOL hacen falta 1'500.000 unidades y se requiere mejorar otras 3'500.000. Construyendo entre 200 mil y 300 mil soluciones de vivienda se aspira además a generar 600 mil empleos directos anualmente, aproximadamente. Ya explicamos anteriormente lo importante que es la inversión en ciencia, tecnología e innovación (C + T + I), en lo cual estamos tan crudos, para la competitividad, requisito este sine qua non para la inserción exitosa de nuestra economía en la economía global . Ojalá que la C + T + I tenga mejor suerte en el gobierno de Santos que la que tuvo en los 8 largos años de Uribe.

Respecto al sector minero, lo único que tiene que hacer el gobierno entrante es velar por que este nuevo auge de la minería se dé en condiciones de seguridad y sostenibilidad ambiental, el sector privado se encargará del resto. Este es un sector que como ya lo vimos es muy atractivo para la inversión extranjera, dado el gran dinamismo del mercado de productos básicos; por ello, compartimos la idea esbozada por Santos de empezar por este sector el desmonte de las tan criticadas gabelas al gran capital, pues no las requieren.

Así expuestos los principales lineamientos de la política económica de Santos, es claro que se abren grandes expectativas sobre un mejor desempeño de la economía. Falta ver en que se traduce el Buen gobierno y la Tercera vía, que son los dos grandes paradigmas de Juan Manuel Santos.

Tan importante es crecer más como crecer mejor, en el sentido de que el crecimiento de la economía sea sostenible, vaya aparejado con mayor generación de empleo y que se repartan mejor los frutos de ese mayor crecimiento. Como lo acotó recientemente la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet, hay que “crecer para incluir e incluir para crecer” .

Además de la inclusión y la equidad social, también deberá ser objeto de su preocupación la equidad regional. De hecho en su programa de gobierno acogió la propuesta de la región Caribe de crear “un Fondo de Compensación, que ayude a estas regiones a alcanzar a las del centro del país” y así cerrar la brecha que separa a este con las atrasadas y postergadas regiones periféricas del país. Por nuestra parte diremos con Joan Robinson que “es labor de los economistas, no decirle a las autoridades lo que deben hacer, pero sí mostrarles que lo que hacen está de acuerdo con los buenos principios”. Como dice el adagio popular del dicho al hecho hay mucho trecho y este último está plagado de incertidumbres que deberán ser sorteadas por el nuevo Presidente.

Toca abrir un compás de espera, para que este tenga la oportunidad de pasar de los anuncios a las realizaciones, advertidos como estamos que las palabras que no van seguida de los hechos son asesinas de los ideales y como dijo la Bachelet, refiriéndose a Latinoamérica, “han sido muchas las ilusiones rotas” y estas minan la confianza en los regímenes democráticos. Santos, como buen jugador de poker que es, ha dicho que él es “un tomador natural de riesgos” y este es uno de aquellos que demanda muchísima responsabilidad y tino.

Bogotá, junio 25 de 2010
www.amylkaracosta.net

domingo, 16 de mayo de 2010

La opinión de Amylkar Acosta

El fetichismo normativo

Por: Amylkar Acosta
(Ex presidente del Congreso de la República)

Berulat: “Se asalta con más impunidad en un rincón de las leyes que en un rincón del bosque”

Resultaba inaplazable la reforma del Estatuto General de la Contratación de la Administración Pública, Ley 80 de 1993, pues esta se había tornado en anacrónica y con el paso de los años había ido perdiendo su eficacia, dado el sinnúmero de atajos a través de los cuales se soslayaba su cumplimiento. Como se suele decir a menudo, hecha la Ley hecha la trampa; una vez expedida la Ley 80/93, muchos funcionarios públicos se las arreglaron para evadirla y para ello recurrieron a toda suerte de subterfugios y artilugios legales, especialmente a la triangulación contractual a través de ONGs, los socorridos convenios interadministrativos con universidades, organismos supranacionales como el PNUD o a convenios como el tristemente célebre Convenio Andrés Bello. Todo ello para eludir la licitación pública y seguir contratando directamente, a dedo.


Últimamente hasta el FONADE cayó en esas prácticas, extraviando los fines para los cuales fue creado, desnaturalizando su razón de ser, para dedicarse a contratar obras en todo el país, casi siempre apartándose de los lineamientos de la Ley 80. Para ello se expidió el Decreto 288 de 2004; flaco servicio se le presta a esta entidad, concebida para impulsar el desarrollo socioeconómico del país mediante la preparación, evaluación, estructuración y hasta la financiación de proyectos con tal fin, sobrecargándolo ahora con la responsabilidad de contratar obras por esa misma vía. La Constitución en su artículo 267 es clara al establecer que “El control fiscal es una función pública que ejercerá la Contraloría General de la República, la cual vigila la gestión fiscal de la administración y de los particulares o entidades que manejen fondos o bienes de la nación”. Allí donde el constituyente no distingue, no le cabe al intérprete hacerlo; en consecuencia, cuando se habla de “los particulares o entidades que manejen fondos o bienes de la Nación”, es claro que no por reputarse como particular quien los maneje está exento del control y vigilancia y hasta allá debe llegar la acción fiscalizadora del organismo de control; en ello no debe caber la menor duda o ambigüedad.


Sumas ingentes son ejecutadas a través de estas martingalas, en las que el interés público siempre resulta afectado. Más del 60% de los recursos del Fondo Nacional de Regalías han corrido esta suerte, para no hablar de los recursos que en su momento se manejaron correspondientes al Plan Colombia. Por todo ello y mucho más, no había tiempo que perder para ponerle coto a tanta transgresión de los principios esenciales de la objetividad, la economía y la transparencia en la contratación pública. Es bien sabido que “toda Ley demasiado transgredida es mala… corresponde al legislador cambiarla, a fin de que el desprecio por ella no se extienda a las leyes más justas…” (Margarita Yourcernar. Memorias de Adriano). Y eso fue lo que hizo el legislativo, después de varios intentos fallidos finalmente se aprobó la Ley 1150 de 2007.


Con esta reforma se buscó armonizar los procedimientos de contratación con las nuevas herramientas tecnológicas y asegurar la transparencia en la contratación, señalando los elementos que conducen a escoger la mejor oferta, para evitar el favorecimiento de proponentes, siendo así que las ofertas no podrán rechazarse por ausencia de requisitos o la falta de documentos que verifiquen las condiciones del proponente o soporten el contenido de su oferta. La Ley 80 de 1993, excluía a algunas entidades públicas de la aplicación del estatuto contractual. Con la modificación introducida por la Ley 1150 de 2007 se enfatiza en la aplicación de los principios de la función pública (Art. 209 C.P) a pesar de mantener su exclusión, así mismo se estipuló que se sujetarán al régimen de inhabilidades e incompatibilidades del mismo Estatuto de Contratación. Fue finalidad de la modificación introducida al Estatuto General de Contratación imprimirle mayor transparencia a los procesos de selección, tendiente a proporcionar a los oferentes un espacio en el que pudieran debatir o controvertir las decisiones de la administración. De manera concomitante el Gobierno Nacional expide el Decreto 2025 de junio 3 de 2009, con el cual se modificó parcialmente el Decreto 2474 de 2007, en el que se estipuló la obligatoriedad de hacer el traslado del informe de evaluación a los proponentes, aún, bajo la modalidad de selección abreviada de menor cuantía.


La ambigüedad y las zonas grises que persisten en el Estatuto de Contratación se convierten en fuente de controversias y litigios entre el Estado y los particulares, que no pocas veces terminan en fallos condenatorios en contra de la Nación, que han terminado por convertirse en una vena rota del presupuesto nacional, afectado por crecientes gastos contingentes a los que dan lugar. Al considerar que no se logró lo propuesto al expedir la nueva Ley por una parte y que además se han dejado sin efecto y declaradas inexequibles varias de sus normas, ello deriva en cierto grado de inseguridad jurídica, la que tanto abominan los inversionistas privados, de lo cual se sigue la necesidad de que Contraloría General de la República lidere un proceso legislativo que permita codificar la profusión de normas respecto del tema de la contratación para superar los vacíos que persisten en esta materia; tanto más clara resulte el régimen de contratación, más fácil discurre el control de los recursos públicos.


Tres años después de expedida la reforma, el zar anticorrupción Oscar Enrique Ortiz González sostiene que dicho Estatuto se burla “a través de múltiples modalidades”. Transparencia por Colombia asegura en su más reciente informe que sólo en el año pasado en todo el país hubo $3.6 billones contratados a través de las tantas figuras de excepción previstas en la nueva Ley (sin publicidad ni pluralidad, a través de contratos con cooperativas, urgencia manifiesta, organismos internacionales y contratos de menor cuantía), que hacen de la excepción la regla. El más reciente balance que hiciera el zar anticorrupción es impresionante: “hicimos una aproximación a partir de un estudio de 2008 de la Universidad Externado de Colombia y Transparencia por Colombia. Según esa encuesta, el promedio del valor de un soborno para acceder a la contratación pública era del 12.9%. Al aplicar ese porcentaje al presupuesto de inversión de la Nación para 2009, que es de $30 billones, el resultado es de $3.9 billones a precios reales de hoy” (El País. Septiembre, 6 de 2009). Para darnos una idea de la dimensión de la defraudación al Estado él mismo lo ilustra diciendo que con dicha suma se podría beneficiar a 347.000 familias de escasos recursos con subsidios de vivienda del orden de los $11.5 millones cada una, alcanzan para financiar 4 años del programa Familias en Acción que atiende a 3 millones de familias; dicha suma equivale al monto recaudado de dos reformas tributarias. Y eso que sólo está hablando del monto invertido por la Nación, quedan faltando los datos de municipios y departamentos en donde se da otro tanto.


Ello lo que demuestra es que no es suficiente con las reformas a la Ley, que no podemos caer en el fetichismo normativo de creer que basta con reformar la Ley trasgredida para acabar con la trasgresión, hay que ir mucho más allá en el combate contra la corrupción. No es cierto que la mayor profusión de cambios normativos por sí sola sirva de instrumento para garantizar una verdadera moralidad en la contratación administrativa, para asegurar sistemas de selección que garanticen una eficaz transparencia. Bien dijo Berulat, que “se asalta con más impunidad en un rincón de las leyes, que en un rincón del bosque”.


Bogotá, mayo 16 de 2010

sábado, 13 de febrero de 2010

¿En qué quedamos por fin?

Por: Amylkar D. Acosta M.

Una mala causa empeora cuando se la trata de defender


Como era de esperarse, la expedición de los decretos por parte del gobierno dizque para conjurar la amenazada “sostenibilidad fiscal y la estabilidad del Sistema General de Salud” causó estupor y rechazo tanto entre los usuarios del régimen contributivo como aquellos que supuestamente se iban a ver beneficiados con tales medidas, los del régimen subsidiado.

Con la mampara de universalizar el aseguramiento en salud y de paso unificar ambos regímenes, estos terminaron nivelándose por lo bajo y ello provocó la reacción en contra de semejante monstruosidad por parte de unos y otros. A ello se vino a sumar el rechazo categórico de los gremios de la salud y de las asociaciones científicas, a quienes sólo se les escuchó con posterioridad a la entrada en vigencia de los decretos de marras.

lunes, 30 de noviembre de 2009

La desalarización en Colombia


Por: Amylkar D. Acosta M


Una vez más, como todos lo años por esta misma época, se sientan en la misma mesa patrones, trabajadores y gobierno con la frustránea intención de concertar el reajuste del salario mínimo de cara al 2010. Se trata de la Comisión permanente de Concertación de políticas laborales y salariales, la cual ha terminado por convertirse en un burladero para los trabajadores.


sábado, 7 de noviembre de 2009

Misión cumplida

Jorge Zalamea: “Salta hombre sobre tus propias fronteras, pues ya no cabe en ellas¨  ( Vientos del Este)

Nota de la redacción: si deseas leer todo el artículo dale clik en el título
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Por: Amylkar D. Acosta M

Tuvimos la invaluable oportunidad de hacer parte de una Misión Tecnológica en Biocombustibles a los EEUU integrada por 17 profesionales, representantes de prestigiosas universidades públicas y privadas, gremios empresariales y centros de investigación, todos ellos involucrados en el desarrollo del nuevo cluster de los biocombustibles en Colombia. La misma estvo coordinada por el director de CORPODIB, David Cala y bajo los auspicios de COLCIENCIAS.

sábado, 23 de mayo de 2009

La desintegración andina

Por: Amylkar D. Acosta M[1]

Este 26 de mayo se cumplen 40 años de la gestación del proceso de integración andino, la cual comenzó con la Carta de intención suscrita en Bogotá el 16 de agosto de 1966 por los presidentes de Colombia, Chile y venezuela, así como por los delegados personales de los presidentes de Perú y Ecuador.

Ya desde 1960 Latinoamérica se había planteado la necesidad de avanzar en el propósito de alcanzar un mercado común regional, dándole vida a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC). Luego, se concluiría que la mejor formar de arribar a dicha meta era por la vía de los acuerdos subregionales, en atención a las asimetrías entre unos grupos de países y otros de la misma región. Ello dio pie precisamente a la formación del Grupo Andino.

Fue así cómo, por iniciativa de Carlos Lleras Restrepo, a la sazón Presidente de Coilombia, se concretó la firma del denominado Acuerdo de cartagena el 26 de mayo de 1969 en la Heroica por parte de los presidentes de Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Bolivia, más conocido como Pacto Andino. Más tarde, el 13 de febrero de 1973, se incorporaría al mismo Venezuela, adhiriéndose al Acuerdo alcanzado; pero, a poco andar, la dictadiura de Pinochet tomó la determinación de retirar para siempre a Chile el 30 de octubre de 1976.

Con altos y bajos, avances y retrocesos, el proceso de integración andina se fue consolidando y el mercado ampliado que surgió de esta manera contribuyó a la mayor afluencia de la inversión extranjera directa (IED) a la región y al ensanche de muchas de sus empresas nacionales. Por aquel entonces, primaba en América Latina el Modelo económico cepalino, inspirado por Raúl Prebisch, el cual sería suplantado desde mediados de la década de los 8 por el desastrado modelo neoliberal aupado por el malhadado Consenso de Washington.

La eliminación de los aranceles para el comercio intrandino y el establecimiento de un arancel externo común, dinamizaron enormemente el comercio entre los países miembros de la que posteriormente en 1997 devino en la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Bajo el concepto de “convergencia regional” surgió en 1980 la ALADI y en 1975 el SELA, de los cuales ha hecho parte Colombia, pero que con el tiempo se fueron desvaneciendo, a la par que mergían nuevas iniciativas como el G – 3 (Colombia – México – Venezuela) y el MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), liderado por Brasil. De esta forma, se fueron creando distintos bloques, entre los cuales descollaba la CAN, que ya contaba con el Tribunal Andino de Justicia, el cual velaría por el cumplimiento de sus estipulaciones, así como con la Corporación Andina de Fomento (CAF), como banco múltiple y agencia de promoción del desarrollo y la integración andina.

Lo demás ya es historia; Colombia, después de liderar por más de 30 años este proceso de integración, tiró todo por la borda tras el prurito de cristalizar un tratado de libre comercio bilateral con los EEUU, trasgrediendo la regla de oro que había defendido hasta entonces con ardentía, que toda negociación con terceros se haría en bloque[2].

Tal actitud, desde luego, contraría el espíritu y la letra de la Carta, que prescribe tajantemente desde el mismo Preámbulo el compromiso por parte de Colombia de “impulsar la integración de la comunidad latinoamericana”. Ello dio al traste con la unidad y con la propia CAN.

En sus devaneos, Colombia terminó dejando lo cierto por lo dudoso; desestimó la importancia del primero y segundo mercado en importancia para sus manufacturas, obnubilado por el espejismo del acceso al mercado estadounidense.

Ya lo habían advertido los gurúes de la economía Stiglitz y Sachs, al afirmar que “los TLC con EEUU atentan contra acuerdos de otros países”[3] y este es el caso. Dicho y hecho: Venezuela y Bolivia emprendieron las de Villadiego, practicamente se marginaron de la CAN, esta quedó herida de muerte y Colombia aislada regionalmente[4].

Las consecuencias de estos desvaríos no[5] se han hecho esperar, las medidas retaliatorias de Venezuela y Ecuador le pueden costar a Colombia este año, según algunos estimativos, más de US $1.700 millones de sus exportaciones a estos países.

Y ello ocurre en momentos que para capear la crisis actual lo que recomiendan expertos como Nouriel Roubini “concentrarse más en su mercado interno y en la integración con sus vecinos”Entre tanto, Venezuela promueve un proceso alternativo de integración, el ALBA (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba), al tiempo que Brasil consolida cada vez más su liderazgo en la región a través de MERCOSUR.

Colombia, de integracionista por excelencia, pasó a ser visto como el esquirol, como el disociador, sobre todo después de su deslucido papel en la Cumbre de la OMC en Cancún[6] y como satélite que gravita en la órbita de los intereses de los EEUU, confirmado con su voto en el Consejo de Seguridad de la ONU apoyando la aventura de Bush en Irak. A Colombia le tomará muchos años resarcirse de los estragos causados por tantos disparates y recomponer sus relaciones exteriores, que pasan por su peor momento.

Bogotá, mayo 22 de 2009
www.amylkaracosta.net

[1] Ex presidente del congreso de la República
[2] Amylkar D. Acosta M. La desintegración andina. Abril, 28 de 2006
[3] El Tiempo. Abril, 18 de 2006
[4] Amylkar D. Acosta M. Febrero, 25 de 2009
[5] Portafolio. Mayo, 20 de 2009
[6] Amylkar D. Acosta M. De Doha a Cancún. Noviembre, 15 de 2003

lunes, 18 de mayo de 2009

Discurso del método

Por: Amylkar Acosta Medina

SÓLO SÉ QUE NADA SÉ

Deliberadamente hemos titulado este texto Discurso del método, para aludir a la obra cumbre de René Descartes, piedra miliar de la filosofía occidental, en la que él pretende dar a conocer el método cartesiano para arribar al conocimiento verdadero.

La duda metódica de Descartes resumida en su máxima "pienso, luego existo" se constituyó desde entonces en un principio fundamental del conocimiento científico, alejado de dogmas, prejuicios y supersticiones religiosas, políticas e ideológicas.

Sócrates en sus diálogos con Platón no dijo "nada sé" sino "sólo sé que nada sé"; como lo señala el profesor de la Universidad de Navarra, Rafael Alvira, "este saber de la propia ignorancia nace de la autoconciencia del pensar".

Él lo ejemplifica con un peatón que va caminando sobre un terreno plano y extenso y de repente se topa con una barrera que le impide proseguir su camino. Continúa diciendo el profesor que "la condición esencial para que la barrera se aprehenda como tal es que el sujeto note que el camino continúa tras la barrera y logre verlo.

Si tras la reja no viera absolutamente nada, no diría ‘hay una barrera y no puedo seguir avanzando’ sino que diría ‘se ha acabado el camino’". En este orden de ideas, el verdadero sabio es aquel que logra percatarse de la existencia de la barrera y que es capaz de columbrar el terreno que sigue tras la misma.

El ignorante, en cambio, es aquel que presume de sabihondo y por ello desdeña el conocimiento; como dice el adagio popular, la ignorancia es atrevida.

Pensar, dudar, volver a pensar y dudar es la forma embrionaria del conocimiento, el cual, por lo demás, jamás alcanza a agotar la realidad. Bien se ha dicho que quien nada duda nada sabe; pensar es el primer paso para la generación de ideas y estas son una especie de embriones en fecundación.

Se suele citar a medias a Heráclito, padre de la dialéctica, diciendo que "nadie se baña dos veces en el mismo río", pero la frase completa reza que "nadie se baña dos veces en el mismo río, porque todo cambia en el río y en el que se baña".

De lo cual se sigue que sujeto y objeto mantienen una constante interacción y que lo único que permanece es el cambio. En este contexto, podemos decir que la educación formal no es un fin en sí mismo sino un medio, no es un punto de llegada sino parte de un proceso complejo a través del cual se avanza en el vasto campo del conocimiento.

Tan vasto es este que tras cada hallazgo se abren nuevos interrogantes, que una vez resueltos nos plantean otros y así ad infinitum. A este propósito podríamos repetir con El Quijote, el Hidalgo de la triste figura "se va anchando castilla delante de mi caballo".

La educación, entonces, es un proceso de mejoramiento continuo que va de la cuna a la tumba, toda una vida; bien dijo Séneca que se "estudia no para saber algo sino para saber algo mejor".

EDUCACIÓN DE CALIDAD

Hasta aquí hemos sentado las premisas básicas para poder adentrarnos en el concepto de la calidad de la educación superior, que es dinámica y por ello mismo mutante en el tiempo y el espacio. Huelga ponderar la importancia de la educación en una sociedad; sobre todo cuando esta está marcada por los contrastes sociales y la pobreza extrema, tal es el caso de Colombia.

La falta de acceso a la educación hace que la pobreza sea hereditaria, convirtiéndose en una especie de barrera invisible; si el padre no tuvo educación, la probabilidad de que el hijo tenga educación superior es solamente de medio punto porcentual.

En cambio, si el padre tuvo educación superior, la probabilidad de que el hijo la tenga es de 48%. Como lo sostiene el ex ministro Rudolf Hommes "nada predetermina más qué va a ser un hijo que la educación que tienen los padres. Ni la falta de tierra o de capital tienen tanta capacidad de pasar de una generación a otra la miseria o el desempleo".

Nada predispone tanto a la perpetuación de la pobreza y a la falta de movilidad ascendente que la falta de educación, que además es fuente de discriminación y exclusión social. Con razón la UNICEF considera la educación como un objetivo prioritario, por ser ella la llave maestra de la puerta de escape de la pobreza, evitando su transmisión intergeneracional.

Se suele decir que las políticas sociales deben propiciar la igualdad de oportunidades; pero, para que estas se puedan hacer efectivas se precisa contar con políticas que compensen la desigualdad de trayectorias y la clave está en la educación.

Ahora bien, la calidad de la educación pasa por su eficiencia y eficacia, así como por su pertinencia; la educación de calidad es aquella que propende por el progreso y la modernidad.

La única forma de elevar la calidad de la educación es disponiendo de los medios indispensables para el logro de sus fines; por esta razón es recomendable contar con claros parámetros para su medición, en orden a adecuar los medios con los fines propuestos.

De allí la importancia de los procesos de acreditación de los programas académicos y la autoevaluación, así como del establecimiento de estándares de calidad.

En concepto de Carr W., Kemmis, "la calidad de la enseñanza se concibe como el proceso de optimización permanente de la actividad del profesor que promueve y desarrolla el aprendizaje formativo del alumno", sin que este sea receptor pasivo de la misma, añadiría yo.

Las políticas públicas en los países emergentes como Colombia ponen a menudo el énfasis en la ampliación de cobertura a falta de ella, pero sin caer en cuenta de la alta rotación de los estudiantes en el sistema educativo a causa de los altos índices de deserción a todos los niveles.

Ello provoca la intermitencia en el proceso de formación, lo cual repercute en la calidad de esta; de allí que podamos afirmar que la cobertura es parte de la calidad de la educación, pues, la peor calidad es no tener acceso a la educación.

En Colombia, en donde sólo el 30% de los jóvenes inicia algún estudio después de culminar el bachillerato, apenas el 15% de ellos tiene acceso a la universidad y la deserción a este nivel es bárbaro.

Según un estudio reciente del programa de Maestría en educación de la Universidad de la Sabana la deserción universitaria es del 48%, coincidiendo prácticamente con los registros reportados por el Centro de Estudios Económicos (CEDE) de la Universidad de los Andes que la cifró en el 48.2%. Es de resaltar que, de acuerdo con el Ministerio de Educación, el 39.5% de dicha deserción es atribuible a razones económicas.

Un estudio reciente de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes, concluyó que "la falta de competencias académicas previas al ingreso a las instituciones de educación superior, es un factor fundamental en el riesgo de deserción…los vacíos de la educación básica y media se perpetúan en la educación superior, generando dificultades académicas que obligan finalmente a los estudiantes a abandonar el sistema".

Lo más grave de este aterrador fenómeno es su persistencia, pues viene in crescendo, toda vez que para el 2000 el ICETEX dio cuenta de un 30% de deserción en las universidades. Sobrada razón tiene la Ministra de Educación, Cecilia María Vélez White, cuando advierte que "hay muchas reservas frente a la política de calidad de la educación superior", pues ha llegado a un punto crítico.

Y va más lejos cuando afirma que "nuestros estudiantes no cuentan con un nivel adecuado de competencias básicas en lectura, pensamiento científico y resolución de problemas; elementos indispensables para enfrentar un mundo globalizado y para resolver los problemas específicos del país".

Mejorar la calidad de la educación conlleva mejorar la capacitación de los docentes, desarrollar las aptitudes necesarias para la sociedad del conocimiento, el acceso indiscriminado a las tecnologías de la información y la comunicación, así como la promoción de los estudios científicos, técnicos y artísticos. Esta es la clave!


LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Dice Marshall McLuhan que somos habitantes de una Aldea global, para referirse al mundo contemporáneo y no le falta razón y es en ella en la que nos toca desenvolvernos, lo cual quiere decir que vivimos en una puja permanente de todos contra todos.

Aunque la globalización en realidad aplica más para el capital, así como para los bienes y servicios, más que para las personas que siguen encontrando cortapisas para su libre movilidad, lo cierto es que el conocimiento se globalizó y es cada día más asequible.

Si en el pasado las sociedades se dividían entre los que tenían y los que no tenían, ya en la sociedad del conocimiento que se inauguró en el siglo XX se escindió entre los que saben y los que no saben y más recientemente entre quienes están conectados y los que no están conectados a la internet. Ello en razón de que cada vez más la información de toda índole está disponible en la red y se renueva con la misma velocidad de vértigo con la que la que se produce.

Ello es producto de lo que el prestigioso periodista norteamericano, Thomas Friedman, ha dado en llamar el "aplanamiento" de la tierra. No podemos perder de vista que, hoy en día, a los tres factores de producción tradicionales (tierra, trabajo y capital), tenemos que añadir otro, tanto o más importantes que aquellos, el conocimiento. Ahora la función de producción es más compleja y más interactivo sus factores: t + T + K + C.

En el pasado la mayor dificultad para estudiantes, profesores e investigadores era el acceso a las fuentes de información para consultarla; hoy estamos verdaderamente abrumados por el cúmulo de información disponible. Como lo afirma el director de ANIF, Sergio Clavijo, "el nuevo siglo exige talentosos profesionales que cuenten con un mejor discernimiento científico para evitar perderse en la abundancia informativa".

Creo que sigue teniendo actualidad una de las conclusiones de un estudio de la Unión Panamericana, citado por el profesor Lauchlin Currie: "El mayor valor de una buena educación radica en la forma de pensar y en los métodos de abordar los problemas que ella confiere…Para alcanzar este objetivo, sin embargo, se requiere no solamente un cambio en la manera de enseñar, sino también una disminución en el énfasis puesto sobre la acumulación de material informativo y el número de cursos".

Ello es tanto más válido habida cuenta de que ya no estamos formando profesionales que han desenvolverse en el estrecho marco de las fronteras patrias, sino al ciudadano de la Aldea global, aquí y ahora.

A este respecto, vale la pena traer a colación la anécdota contada por Sir Ernest Rutherford, Presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nóbel de Química en 1.908, de la cual podemos extraer una gran lección para aprender: cuenta él que hacía algún tiempo había recibido una llamada de un colega.

Estaban a punto de ponerle un cero a un estudiante por la respuesta que le había dado a un problema de física, pese a que éste se sostenía en que su respuesta era la correcta.

Profesores y estudiantes acordaron pedir un nuevo calificador y el elegido fue él. Comenzó por leer la pregunta del examen que a la letra decía; demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro.

El estudiante había respondido: lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda bien larga; luego, descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio.

En efecto, el estudiante había planteado un serio problema con la forma ingeniosa como resolvió el ejercicio, por que él había respondido a la pregunta correcta y completamente. No obstante, si se le concedía la máxima puntuación, al obtener una nota más alta, ello certificaría su alto nivel de conocimientos en física; empero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugirió, entonces, Ernest, que se le diera al alumno otra oportunidad.

Fue así cómo le concedió seis minutos para que le respondiera la misma pregunta, pero esta vez con la advertencia de que en su respuesta debía demostrar su dominio de la física. Pasados cinco minutos el estudiante no había contestado nada.

Le preguntó, entonces, si deseaba retirarse, pero el alumno le contestó al profesor que él tenía muchas respuestas al mismo problema. Su dificultad estribaba en elegir la mejor de todas. Le rogó, entonces, que continuara, no sin antes excusarse por haberlo interrumpido.

En el minuto final que le quedaba, sorpresivamente escribió la siguiente respuesta, que dejó atónito al profesor: tome el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, tome el tiempo de caída con un cronómetro; luego aplique la fórmula de un medio de la altura por la aceleración de la gravedad y por el cuadrado del tiempo y así obtenemos, como producto, la altura del edificio.

En ese momento, cuando el estudiante entrega su examen, el profesor indaga a su colega si lo dejaba retirar del salón de clases en donde se estaba realizando la prueba, a lo cual este asintió, conviniendo en asignarle la nota más alta. Luego el profesor Ernest se encontraría, de sopetón y fuera de la clase, al estudiante de esta historia y no pudo vencer la curiosidad por conocer cuáles eran sus otras respuestas a la pregunta, ya que lo había dejado intrigado.

Bueno, respondió el asombrado estudiante, hay muchas alternativas: por ejemplo, tome el barómetro en un día soleado y mida la altura del barómetro y la longitud de su sombra; si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también, de este modo, la altura del edificio. Perfecto, le dijo, ahora cuéntame cuál podría ser otra forma?

Sí, contestó el alumno, este otro procedimiento para medir un edificio es muy sencillo, diría que elemental, pero también sirve. Veamos: en este método, se toma el barómetro y se sitúa en las escaleras del edificio, en la planta baja,; según se suben las escaleras se va marcando la altura del barómetro y se cuenta el número de marcas hasta la azotea.

Se multiplica al final la altura del barómetro por el número de marcas que se ha hecho y listo, así se obtiene la altura. Este último método es muy directo.

Por supuesto, continuó diciendo el estudiante, si prefiere un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.

En este mismo estilo, se ata el barómetro a una cuerda y se lo descuelga desde la azotea a la calle; usándolo como un péndulo se puede calcular la altura midiendo su período de presesión.

En fin, concluyó el aventajado alumno, existen muchas otras maneras de establecer la altura del edificio en cuestión y continuó diciendo, probablemente la mejor de todas sea tomar el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del portero y cuando este abra, decirle que tengo un bonito barómetro y si me dice la altura del edificio se lo regalo.

En este momento de la conversación, el profesor le pregunta al alumno si él conocía la respuesta convencional a la pregunta (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). La respuesta fue más sorprendente todavía: Claro que sí la sabía, pero que sólo le molestaba que durantes sus estudios sus profesores habían intentado a todo transe enseñarle a pensar.

El estudiante resultó ser Niels Bohr, físico danés, premio Nóbel de física en 1922, más conocido por haber sido, nada menos, el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodean. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.

La gran moraleja de esta anécdota no es otra que, si alguna pertinencia tiene la formación que se imparte, consiste en su orientación a promover y fomentar el espíritu investigativo, la creatividad, para así contar con profesionales capaces de pensar con cabeza propia, sin grilletes ideológicos, sin prejuicios por camisa de fuerza.

Los conocimientos son muy importantes, más no suficientes; tanto o más importantes que ellos son la capacidad de pensar y la idoneidad para el discernimiento.

Y aunque suene presuntuoso, además de formar pensadores en las distintas disciplinas del saber, es también importante que los egresados se entrenen en plasmar sus ideas en escritos y publicaciones, pues es consabido que un número creciente de ellos leen mal y escriben peor, lo cual es un verdadero desastre porque tan importante como poseer conocimientos es tener la capacidad para transmitirlos y compartirlos.

LOS RETOS DE LA GLOBALIZACIÓN

Los retos de la globalización están asociados con la competitividad, de tal suerte que aquellos países con un mayor ranking en competitividad son los que le sacan ventaja a la globalización, mientras que los que se rezagan la padecen. Por ello se habla de países globalizadores, que son los primeros y países globalizados, los segundos, dado que esta partida se juega en una cancha desnivelada y con muchas asimetrías.

Como lo ha sostenido el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, para mejorar la competitividad "la productividad no lo es todo, pero en el largo plazo lo es casi todo", para relievar su importancia.

Y, a su vez, la productividad es una función de la ciencia, la tecnología y la innovación (C, T e I). Colombia anda muy mal en tales aspectos; como pruebas al canto podemos señalar sus mediocres indicadores en ciencia y tecnología que delata el más reciente Informe, con un balance consolidado del período 2000 a 2007, del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología.

De acuerdo con el mismo, el país sólo invierte entre sector público y privado el 0.38% del PIB en ciencia y tecnología, muy por debajo del promedio de América Latina que se sitúa en el 0.9%.

Las Naciones Unidas les han aconsejado a países como Colombia invertir por lo menos el 1% del PIB para reducir la enorme brecha que se expande cada día más con respecto a los países desarrollados. Vale la pena destacar el desempeño de países como Brasil y Chile que invierten el 3% y el 1%, respectivamente, para no hablar de los EEUU que también invierte el 3% de su PIB y este es 30 veces el de Colombia.

Consuela saber que, como lo hace ver Alvaro Montes, "aunque el informe es descorazonador, si se hace un esfuerzo se puede ver el vaso medio lleno; en los ocho años que cubre el estudio, se triplicó el número de investigadores activos; se pasó de 2.000 grupos de investigación en el año 2000, a 6.200 grupos en 2007, y las revistas científicas colombianas indexadas con categoría A (las de mayor calidad) pasaron de cuatro a 36".

Además, el número de publicaciones en revistas indexadas, que es el índice internacional de calidad, pasó de unas 100 al año a más de 2.000 en los últimos quince años. No obstante, "algo inquietante está ocurriendo en los programas de doctorado de las universidades colombianas: la tasa de graduaciones es extremadamente baja y del total de 12.000 investigadores trabajando actualmente en proyectos avalados por Colciencias, menos del 20 por ciento tienen nivel de doctorado".

Tanto el gobierno como los empresarios debieran entender que, como lo afirma Eduardo Posada, presidente de la Academia Colombiana para el Avance de la Ciencia y líder histórico de la comunidad científica que promueve políticas públicas en la materia, "que hacer investigación y desarrollo es el mejor negocio del mundo, como lo entendió Corea".

La expedición de la Ley 1286 de ciencia y tecnología el 23 de enero de este año, es un paso importante en la dirección correcta. A través de ella se busca "fortalecer el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y a Colciencias, para lograr un modelo sustentado en la ciencia, la tecnología y la innovación, para darle valor agregado a los productos y servicios de nuestra economía y propiciar el desarrollo productivo y una nueva industria nacional". Es de esperar que a la Ley se le pongan dientes, para que no quede convertida en letra muerta.

Al rezago en C, T e I se viene a sumar el retraso inveterado en infraestructura y logística. Colombia no supo aprovechar el buen momento que tuvo la economía durante el llamado "quinquenio virtuoso" que favoreció el crecimiento de la economía de Latinoamérica, para desatrasarse y superar estas graves falencias.

Acostumbrados como estábamos a ganar competitividad por cuenta de la devaluación de la moneda y de la reducción de los costos laborales, se hizo muy poco por avanzar en la Agenda Interna para la competitividad.

Y los resultados están a la vista. Según el último reporte del Foro Económico Mundial (FEM), quizá el más conocido de todos en la materia, el país retrocedió el último año 5 escalones en su Índice de competitividad, al pasar del lugar 69 al 74 en el escalafón que comprende a 134 naciones. Y ello ocurre por segundo año consecutivo. Esta es una pésima noticia para el país.

PARA QUÉ INVESTIGAR

Desde siempre se ha sabido que para transformar la realidad hay que empezar por conocerla y a ello contribuye el sistema educativo, particularmente la universidad; pero esta no se puede quedar allí, no se puede reducir a ser una transmisora y difusora del conocimiento.

Su visión y su misión van mucho más allá, sobre todo cuando entiende que no se puede convertir en una torre de marfil, aislada del resto de la sociedad, sino que debe ponerse a su servicio y debe responder a sus urgencias y demandas, a riesgo de que si no lo hace puede caer en el más estéril diletantismo.

La Universidad no puede ser ajena al compromiso y al propósito que debe compartir con el Estado y con la empresa privada de avanzar en la Agenda Interna para la Productividad y la Competitividad, en la que la ciencia, la tecnología y la innovación deben ocupar un lugar de privilegio.

Máxime cuando hoy en día la economía se basa en el conocimiento y la investigación justamente es la base de ese conocimiento, pues se trata de agregar valor al PIB a través de la incorporación al mismo de un componente cada vez mayor de tecnología e innovación. Es, además, la forma de reducir la exagerada dependencia de los centros productores de conocimiento.

Por ello, la Universidad debe permanecer siempre en la frontera de este, nunca rezagada; la razón de ser de la Universidad es la investigación.

La investigación no puede ser privativa de la universidad, excluyente de lo que pueda hacer por sus propios medios investigadores, centros de investigación e innovación, pero debe jugar un rol de la mayor importancia. La investigación, ora en las ciencias ora en las humanidades, ya se trate de investigación básica o aplicada, es consubstancial a la idea que tenemos de Universidad.

Claro, estamos hablando de la Universidad que se precie de tal, no estamos aludiendo a las universidades de garaje que pululan por doquier.

La calidad de la educación que se imparte en una Universidad se mide por el número de investigaciones que realiza, por el número de grupos de investigación debidamente acreditados, por el número de doctores vinculados a su plantilla, por el número de artículos ISI publicados por académicos de la institución (investigadores, profesores, tutores y estudiantes).

De la cantidad y calidad de quienes integran su masa crítica de investigadores depende la calidad de la Universidad como tal y es lo que la aprestigia y posiciona en el concierto de instituciones de educación superior. Un enfoque sistémico de esta nos tiene que conducir a la conclusión de que hay una gran imbricación e interacción entre la educación, la investigación, la innovación y la formación.

Son varios los obstáculos a salvar para el buen suceso de la educación y la investigación en Colombia, para que la sinergia de una con la otra se traduzca en un mejoramiento continuo de la calidad del producto, que es de lo que en últimas se trata.

Hay que empezar por crear la conciencia en el país de la importancia que tiene la ciencia, la investigación científica, el desarrollo tecnológico, el registro de patentes de inventos y descubrimientos y que ello se refleje en la asignación de recursos tanto por parte del sector privado como del sector público. Esta, definitivamente, es la inversión con la mayor tasa de retorno; sólo que se trata de una apuesta a largo plazo y a nosotros nos acosa el inmediatismo, el cortoplacismo.

Este síndrome lo que tenemos que superar para salir del entrampamiento en el que estamos, que frena nuestro desarrollo y progreso. Es indispensable que la Universidad colombiana en su conjunto se integre y deje de hacer esfuerzos aislados, desarticulados, al tiempo que se debe integrar también a las redes de investigación del resto del mundo.

Mucho se habla de integración económica, comercial, cultural, pero poco se habla de la integración en el campo de la ciencia y la investigación. Ya va siendo hora de que Colombia incursione en el mundo con una fuerte diplomacia en esta área todavía virgen. Tenemos que llegar a ser globalmente competitivos y localmente comprometidos, este es el enfoque holístico, glocal, que reclama el porvenir; qué esperamos para asumir este reto?

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