Mostrando entradas con la etiqueta aniversario de Maicao. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta aniversario de Maicao. Mostrar todas las entradas

miércoles, 29 de junio de 2016

Maicao cumple años en medio de la crisis

Maicao-. Esta ciudad de la frontera, uno de los polos de desarrollo más importante del Caribe Colombiano durante más de 40 años, cumple hoy un nuevo aniversario de su fundación en medio de una de las crisis económicas y sociales más duras de su historia. 

La fiesta del cumpleaños se ve opacada por la falta de empleo, quiebra de colmenas y almacenes, el cierre de la frontera y un alza generalizada en los productos de la canasta familiar.

Además de lo anterior, o tal vez como consecuencia de la crisis, los maicaeros han visto crecer en los últimos días los índices de delitos contra la vida y contra la propiedad. Todos los días se presentan gran cantidad de hurtos y asaltos a mano armada, en los cuales se pone en riesgo la vida de las víctimas.


La situación descrita exige una intervención urgente de las autoridades y la implementación de un plan de choque para que Maicao vuelva a florecer como una ciudad en la que es posible vivir, trabajar y construir un futuro mejor para las nuevas generaciones. 

martes, 28 de junio de 2016

Maicao celebra su cumpleaños

Maicao-. Con actos culturales, cívicos y periodísticos celebrarán los maicaeros mañana 29 de junio un aniversario más del poblamiento de esta ciudad.

La administración municipal se propone hacer un reconocimiento a quienes en el pasado se han desempeñado como alcaldes y alcaldesas. 

Por otra parte la Academia de Historia y la Casa de la Cultura tienen prevista para hoy en la Universidad de La Guajira  la exposición temática Poblamiento Antiguo de la ciudad de Maicao.

Así mismo la emisora Frontera Stéreo tiene preparado el especial MAICAO, FRONTERA ABIERTA EL MUNDO que se emitirá mañana 29 de junio a las 10 de la mañana.

Desde hace varias décadas el 29 de junio es la fecha histórica más importante de Maicao, pues según la tradición oral un día como éste, en 1.926,  habrían llegado a este territorio los fundadores del pueblo. 

Sin embargo, recientes investigaciones de la Academia de Historia permiten llegar a la conclusión de que Maicao no fue fundado, sino poblado de manera paulatina y sus primeros pobladores no llegaron en 1926 sino unos años antes, como lo demuestra un documento de 1.880 en el que se menciona la ranchería Maikou, en el lugar en donde hoy está ubicado éste, el mejor vividero del mundo. 

sábado, 3 de julio de 2010

Maicao, tierra de mis amores

Por: Alejandro Rutto Martínez

Maicao es una tierra en donde el amor, de paso hacia el país de la felicidad, hizo una escala supuestamente corta. Pero, una vez cumplido su tiempo, quiso regresar por donde vino, en su tarea sin final de llegar a todos los puertos y de pasar por todos los lugares del mundo conocido. Comenzó a buscar su lugar de retorno y se sorprendió al darse cuenta que no lo encontraba. Siguió en la búsqueda de sus huellas pero aún así siguió como si jamás hubiera ido ni venido de ninguna parte. Pronto comprendió que jamás podría salir de este lugar y se quedó a vivir en él. En adelante otras personas comenzaron a tener la misma sensación de que era difícil encontrar el camino de regreso y también se quedaron a vivir en esta esquina de la inmensidad.

Desde entonces enamorarse de Maicao es lo normal, para quien pisa este suelo de lodo y piedra y sus calles de arenas y pequeñas piedrecillas formadas con particular simetría por las ondas del tiempo en su trasegar por el infinito mar de la eternidad. En mi caso particular me enamoré de Maicao por que en su suelo milenario fui traído a la vida y en su mañana incomparable mis pupilas tuvieron su primer feliz encuentro con la hermosa luz dispuesta por Dios para iluminar su obra creadora.

Amo a Maicao por sus vías, derechas y concurridas, en cuyas aceras sembradas de árboles de tupido follaje, ruedan los vestigios de mi infancia feliz y las voces de mis hermanos y mis amigos enfundados en el uniforme raído de alborozados jugadores de fútbol callejero.

Porque en tus parques envejecidos vi la primera flor saludable y bella, la primera brizna de césped maravillosamente coloreado de verde por la mano del Pintor del universo. Amo a esta tierra por sus mil voces con sus mil acentos, pródiga señal de que habito un saliente del mundo en donde nadie es extranjero ni extraño.

Amo a mi tierra maicaera por su sangre mestiza en la cual se han entrelazado el embrión de de todas las razas y se fusiona la historia de varios pueblos comprometidos con su grito emancipador y su deseo de tener un encuentro feliz con su propio destino.

Amo a esta tierra de ensueño y porvenir por su sol radiante capaz de calcinar las piedras y de cuartear el lodo seco de los arroyos agonizantes pero que es incapaz de herir el alma y ni el espíritu de aquellos en cuyo rostro se encuentran las raíces de la vida.

Amo a mi tierra por su gente de todas partes, por sus recuerdos de aquí y de allá, por sus versos alegres, por sus versos melancólicos, por su amor al trabajo, por su afecto al suelo en donde lucha y sueñan en un apasionado idilio nacido en la mañana fresca o en la noche promisoria.

Amo a Maicao, tierra de incesante movimiento desde el eterno manantial del tiempo hasta la aurora vigorosa de su sol encendido en mil colores y de sus trupíos inmersos en el festival interminable de la feliz supervivencia frente a los embates de la adversidad. Amo a mi tierra por sus mil lugares para satisfacer su interminable sed de reencontrarse con su espíritu y su deseo de rendirle tributo a la vida.

Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del correo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com

jueves, 1 de julio de 2010

Maicao: los sueños de una administración

Por: Sandra Hernández Acosta
Oficina de Prensa de la Alcaldía Municipal

MAICAO 84 AÑOS CON OBRAS QUE NACEN DE UN COMPROMISO SERIO POR EL PROGRESO

Maicao, un municipio que recibe sus 84 años con muchas expectativas de progreso que redundan en el mejoramiento de la calidad de vida del conglomerado, objetivo principal del actual alcalde Oscar Mejía Marulanda, quien en unas elecciones atípicas obtuvo votación histórica como respaldo de un pueblo que lo ve como el “Héroe de la Vida”.

El burgomaestre de los maicaeros es un profesional de la medicina que se esmera día con día junto con su equipo de trabajo para lograr los cimientos de una ciudad a 20 años premisa de un Plan de Desarrollo realizado con la concertación de todas las fuerzas vivas del municipio, uniendo esfuerzos e iniciativas que comprometen no solo al gobierno municipal sino también a la comunidad, un acercamiento más que necesario porque como lo dice la primera autoridad municipal: “Unidos es cómo podemos hacer realidad los sueños de esa tierra próspera y con un futuro certero que todos anhelamos, pero es nuestro deber trabajar en serio por la consecución de ese escenario altruista con ciudadanos que conviven en armonía y que luchan de la mano por el progreso”.

Proyectos importantes que cobraran vida antes de la culminación de este año son:

• El Plan Centro, que espera la reactivación del comercio previa organización logrando un Maicao más atractivo para propios y extraños, un trascendental proyecto que logrará potencializar la actividad económica que ha sobrevivido al pasar de los años y las diferentes crisis.

Este ambicioso proyecto busca unir el diseño urbanístico del corazón y la vida de esta frontera con el Parador Turístico en Cuatro Vías, que se realizará con inversión del CAM, Gobernación de la Guajira, los estudios de factibilidad serán aportados por el Cerrejón, además de las mejoras que recibe también el corregimiento de Paraguachón, permitirá a la Administración Municipal optimizar la entrada, la salida y el centro, obras que durante años han anhelado los habitantes de esta tierra. Regalo merecido para un municipio que este 29 de junio recibe sus 84 años con el deseo de más.

• El Relleno Sanitario Regional, que se realizará en conjunto con las alcaldías de Uribia y Manaure, un macro proyecto que dará solución definitiva a una problemática de vieja data como lo es el manejo adecuado y aprovechamiento de los residuos sólidos, generando empleo y municipios que participan en la preservación del medio ambiente.

• Jornadas de Atención Integral con el apoyo de la Embajada Americana y Acción Integral del Ejercito Nacional.

• La comunidad del corregimiento fronterizo de Paraguachón será beneficiaria de un ambicioso proyecto de dotación bibliográfica y musical como producto de las alianzas celebradas entre la administración del alcalde Óscar Mejía Marulanda, el Ministerio de Cultura y la Dirección Departamental de Cultura que orienta Rubén Magdaniel Pavón.

Se dispuso que próximamente el Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas entregue a la comunidad de Paraguachón una dotación de biblioteca compuesta por más de 2.000 libros catalogados, clasificados y con terminado final, televisor, DVD, grabadora, computador y el software bibliográfico Siabuc. De igual manera, se anunció que se entregará una dotación de música tradicional por parte del Ministerio. También se logró la vinculación de la Dirección Departamental de Cultura que aportará recursos para el fortalecimiento infraestructural de esta biblioteca fronteriza. Por su parte, el Municipio de Maicao asume un absoluto compromiso frente a la sostenibilidad de la biblioteca pública, nombrando bibliotecaria, dotándola del mobiliario y garantizando acciones de promoción lectora.

• La Casa de la Cultura recibirá próximamente un cambio extremo en su infraestructura dándole al sector cultural espacios adecuados para impartir conocimiento.

• En el municipio no solo la cultura avanza en serio, el estadio Hernando René Urrea Acosta recibe una significativa inversión que dará a los maicaeros un escenario deportivo digno de cualquier urbe internacional. El Urrea Acosta pasará de ser la cenicienta al mejor recinto deportivo de la región.

• Soluciones de vivienda para los menos favorecidos.

• Defensa aguerrida por los recursos que por ley le pertenecen a Maicao en el tema Regalías por explotación del carbón.

• La concertación que lidera la secretaría de Gobierno para la realización del Plan de convivencia y seguridad ciudadana, lo que permitirá una ciudad segura donde reine la convivencia pacífica, la tolerancia y el respeto por los derechos humanos.

• Un amplio despliegue del PAI, (Plan Ampliado de Inmunización)

• El equipo de Planeación, Secretaría General, Contratación y los gremios del comercio buscan implementar experiencias significativas que han dado resultado en otras ciudades fronterizas, por ello estuvieron en San José de Cúcuta, donde adquirieron experiencias que podrán realizarse de manera directa en esta localidad.

• En el sector educativo se trabaja diariamente en la cobertura y la calidad porque una premisa del Alcalde es que un municipio que se educa está preparado para el futuro.

Hay mucho más en el tintero por realizar a favor de este pueblito de Dios que por primera vez en mucho tiempo ve con optimismo el futuro porque eligió a conciencia un alcalde que ve como sagrado el erario público, que cuida la inversión de los recursos y que con el corazón y sus acciones demuestra que quiere y está haciendo las cosas bien.

domingo, 28 de junio de 2009

Maicao, tierra providencial

Por: Manuel Palacio Tiller

Providencialmente situada al arrimo del ramal oriental de la cordillera de los Andes, aquí conocida como Montes de Oca, o Serranía de Perijá, franja de territorio guajiro privilegiada por su hermosa pradera, tendida hasta las estribaciones de Majayüle por el sur, y, por el occidente hasta las fértiles riberas del Rio Ranchería; bañada por el Rio de Paraguachón, ricamente vestida por una alfombra de pastos naturales.
Maicao, fronteriza ciudad colombiana a 12 kms de Paraguachón en el límite con Venezuela, lugar de paso de la carretera transversal del Caribe, a 76 kms de Riohacha, 152 kms de Maracaibo, se une con Valledupar pasando por todos los floridos pueblos de la antigua Provincia de Padilla, ubicada en la cabecera del desierto, construida sobre un arenal a 52 kms sobre el nivel del mar, con 28º de temperatura, sitio de negocio, trozo de estepa inmemoriablemente poblada por caciques guajiros.

Maicao, hoy en la leyenda, tierra del “abuelo de la barba de maíz”, hija del destino, de la suerte y el azar, cuando en las playas del norte, las goletas contrabandistas que discurren calladas y ebrias, como sus marineros en las noches lúbricas de los puertos… de aquellos puertos, después de aquella última mirada que hizo cada quien de los que partieron desde la ensenada verde de Tucuracas, profundamente verde, con verdura de puerto tropical, se perdió de vista, confundida, disuelta en el agua del mar.

Tucuracas, puerto natural cuya fundación ordenada por el ingeniero y Brigadier español Antonio de Arévalo cuando vino a pacificar a los indios guajiros en 1773 cerca a una laguna que llevó el nombre completo de San Pablo de Tucuracas.

Los que partieron solo trajeron el recuerdo de aquella inmensa rada donde llegaba un rumor confuso de voces, cantos, gritos y disparos; y todo, lo que guarda el recuerdo de las siluetas de aquel escandaloso puerto, mezcla imprecisa de colores, de pitos y rostros, donde en la arena habían florecido tiendas sonoras como las olas, con el viento del mar, aquellos tabucos improvisados donde se acomoda la vida y los marineros margariteños, con la faja atravesada, por un cuchillo y el andar vacilante y rostros señalados por cicatrices profundas, donde las rameras de Santa marta, Maracaibo y las Islas Antillanas se confundían con los comerciantes, “turcos”, franceses, colombianos, venezolanos, que formaban la mezcolanza de razas y tipos, donde abrían las conchas de moluscos y si encontraban el prodigio de nácar, gritaban… perlaaa, perlaaa… y sonaban disparos por todas partes en el sur de Cabo de la Vela.

Maicao, enclave wayuu, cuando la sabana con su estampa descolorida se entregaba libre y anchurosa con sus harapos de miseria, su canícula ardiente y su soledad inmensa de dolor, de abstinencia, de abandono y se negaba vitalidad alguna, cuando, como signos adustos y milenarios de toda una tragedia, estaban los cardones diseminados en la pampa llevando sus duras espinas como único mensaje de la tierra y sólo el soñar cuajaba volcanes de esperanza que mantenían sobre la tierra dura, hosca al indio, en la inclemencia inveterada el desierto.

La península guajira clamaba mas fuerte su canto de dolor en sus agónicos veranos, cuando el ganado, los caballos y chivos en época de abundancia alegraban la sabana, ahora se arrastraban sin aliento entre ramazones de espinas hasta caer desvanecidos de hambre y sed; los wayuu, alucinados por la ardiente fascinación de la pampa y los ojos vidriosos de miedo, en un trance de angustia insuperada, emprenden viaje hacia las sabanas de ANOUI con sus animales por delante y sólo pocos llegaron con vida, pues, quedaron regados a lo largo de la estepa rajada por el verano que excedía de duro y producía rasquiñas en el penoso viaje que narró “Briscol” Antonio J. López, en su libro Los dolores de una raza.

Maicao, la de aquellos tiempos de Amaiceo, la hija predilecta del gran cacique José Dolores – UNUPATA-, la que pobló con labradores venezolanos traídos para sembrar potreros y levantar pajonales para los caballos de dos mil guerreros indios que se habían convertido en una máquina de guerra a lo largo y ancho de la península; también los núcleos familiares arrimados de la antigua Provincia de Padilla que deambulaban como hojas secas de otoño en busca de piedra grande que los atajara; otros tantos, los comerciantes riohacheros que buscaban sitios para establecer tiendas de abarrotes después de la guerra de los mil días, unidos entonces, los playeros, los desplazados por el verano, formaron un pueblo que tomó el nombre de un lugar de acopio de quintales de maíz que producía la tierra feraz, de lo que hoy se llama Carraipia y sin saber qué le deparaba el destino, poblaron a Maiko-ou.

El poblamiento fue rápido y se dio el comienzo de un comercio de trueques con los comerciantes venezolanos que traspasaron la frontera en busca de carne, leche, queso, ganado en pie para proveer la demanda marabina, la demanda que con la presencia de las petroleras que daba comienzo a una bonanza allá y aquí, a los dueños de aquellas crías que se multiplicaron después de haber llegado y dejado en el camino la gran parte de sus animales por la sed y el hambre en las desoladas estepas que llenaron de esqueletos. Maicao, se convertiría en lugar de paso y transito al norte peninsular, luego el destino a la par la convirtió en “La luz de la frontera”.

Maicao, convertida en prospera población, no sólo se trasladaron y se concentraron los negocios, también las contradicciones. Los límites del derecho colombiano y el consuetudinario wayuu, y el respeto cultural estaban lejos de resolverse y sobre su geografía de asimilaron viejos conflictos llegados de todos los rincones de la penínsulas y otros nuevos que surgieron en la lucha por la vida, el espacio y la primacía por los negocios.

La venganza aplazada de confrontaciones claniles y entre indígenas y alijunas la convirtieron en campo sangriento y todo se posibilitó en su plaza. De allí en adelante se tomó un marcado signo de tragedia y dolor y un destino de infortunio, pues el comercio estuvo amparado por el poder de las armas dispuestas asomar la trompetilla cuando fuere necesario. Fenómeno que se replicó en casi todas las actividades. La tradición y el prestigio de obtenían por la fortaleza económica venga de donde venga. Se perdió toda ética de prosperidad.

Maicao, en la década de los años 40 se comienza a construir la capilla para el santo José padre putativo de el hombre que se convirtió en Dios, cuando los feligreses maicaeros se cansaron de ir a Paraguaipoa en el vecino país a venerar aquel santo padre, que un día se quedó definitivamente en la pequeña iglesia y en el corazón de los creyentes que los días 19 de marzo se reunían alborozos a expresar su religiosidad bajo la sombra dulce de un árbol que llamaron “cacaíto”, símbolo este árbol de retaso de historia.

Nació esbelto y en su frente aquella capilla donde los hijos del poblado recibieron el agua sagrada de la pila bautismal. Bajo su sombra se abrieron las esperanzas. Y como los habitantes de cualquier pueblo, el árbol, sufrió los embates de la inconsciencia de muchos que no supieron comprender la bondad de su presencia.

Agraviado tantas veces a machete, hacha, y por último destrozada sus raíces y convertidas en leñas; el árbol de cacaíto, demostró su garra de “viejo invencible”. Toda vez que nos preocupaba su suerte ya convertido en tronco el volvía reverdecer contagiándonos el animo a seguir adelante. Fue un símbolo. Los inmorales dañaron sus fibras pero no sus entrañas, siguió de pie hasta convertirse en emblema de fortaleza y seriedad.

Sólo, tierra de Dios, a los treinta años te hiciste mayor de edad cuando te elevaron a la categoría de municipio y fuiste reconocida a nivel de patria al incorporarte a los cuadernos de la nación y los gobernantes pusieron los ojos en ti, no para ayudarte sino con el deseo de domarte y no pudieron, por eso te volviste rebelde y no creíste en nadie sino en el destino que tenias predestinado por Dios y tus hijos; no tuviste ley que regulara tus comportamientos y te relajaste; las cantinas y los burdeles con coyas abordo fueron el espectáculo de su existir, y en carros lujosos los venezolanos venían a saciar su lujuria pecaminosa y tus hijos contaminados también sufrieron el paso de aquella trata una de las tantas que pasaron por tus calles arenosas.

Maicao, tierra de Dios, también fuiste testigo de los que aconteció a la laguna Moju’üpay, que como decia el vate, nació en un ojo de agua, que parecia una cacimba que se fue agrandando en las lluvias cuando Maleiwua miraba el desierto con ojos de cristal; aquella laguna se convirtió en refugio, cuyo cuerpo de agua se llenaba de estrellas y luciernagas cuando en las noches reposaban los reptiles cuando apareaban en noches de luna llena. La mítica laguna puesta por Dios, los hombres bajo el imperio de la inmoralidad la segaron y se sembraron sobre su lecho.

Maicao, eres la única ciudad en el mundo donde el espacio sagrado de tu iglesia, parque y sementerio ha sido invadido por todo el que quiera ante la mirada fusilamine de tus hijos. Eres única de tener tantos hijos bastardos que se han ensayado en ti y te han robado hasta dejarte descuadernada bajo la complicidad de tu propia sociedad que hoy se hunde en tierras movedizas. Triste suerte has tenido por felibusteros desnaturalizados. Sobre ti han pasado muchas cosas, cosas muy graves y que, en la galeria de los próceres no estan los que verdaderamente lo son, pues, quienes tienen su retrato en el salon de los prestigiosos mas deberian tenerlos en los carteles de la policia y en el C.T.I. de la fiscalia.

A pesar de todo, Maicao, con el peso de la crisis se sigue caminando, en un sendero pringamosero en busca de la aurora de los encuentros, cuya luz se encuentra mucho más arriba sobre otras cumbres, pero que se alcanzará porque el deseo es comtemplarla en la cima de la esperanza, con el poder de la fuerza y desde alli mirar hacia el vale de ls lagrimas para observar cuanto hemos caminado; caserío del ayer que el destino te tenia separado un lugar de privilegio en la pamapa escandalosa y como dijera un poeta hijo tuyo: como luz desatada en un mar de colores, como regio consorte de la pampa desnuda, pueblo que se yergue como arco de flores, en amplio sendero su porvenir escuda.

Con la estepa y la arena tiene sus amores en los cielos azules ya diluyendo dudas y embiste ante la vida sin temores, como soberbio león de frente melenuda, con mirada fúlgida que se asemeja una lanza que domina los ámbitos con fuerza de gigante.

Analytic