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viernes, 12 de marzo de 2010

¿HOY QUE TE PIDO?


Por: Paola Johana Martínez Ortíz

A la segunda semana del mes de marzo, varias cosas tenían que estar resueltas, era jueves y aún no había conseguido la meta propuesta; tan desesperada me sentia, que me había dado ya por vencida. Mil pensamientos se venían a mi mente, entre ellos deudas y compromisos adquiridos, todos ellos sin finiquitar (claro está todo lo había buscado en mis fuerzas); y nada había solucionado.

Por mis múltiples ocupaciones había dejado a un lado la forma más idónea de conseguir lo anhelado, había despreciado la ayuda de mi padre por estar dependiendo de la mano del hombre, pero llegó el momento en que no pude sostenerme en pie, pues no estaba parada en la única base sólida “la roca de mi padre celestial”. Hasta que en medio del ruido del afán diario pude escucharle, me dijo: “separada de mí nada puedes hacer”, yo soy quien te abro las puertas pero también tengo la potestad de cerrarlas, y soy el único que tengo las llaves. Me enmudecí, pero luego en medio de mi llanto pude contestar: ¡padre!, sabes que no añoro riquezas, solo quiero tener lo necesario para servirte con tranquilidad y ser de bendición a otros!, ¿ que te puedo pedir hoy?, no me merezco nada de ti, más tú por infinita misericordia me das la posibilidad de pedir para así mismo recibir, y aún así no he aprovechado esa gran oportunidad.

Hoy sólo pediré tu sabiduría, como un día lo hizo tu siervo salomón, hoy sólo necesito eso, porque bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, porque ganancia es, más que la ganancia de la plata; y sus beneficios más que el oro fino! Proverbios 3:13-14.

Cuenta la palabra de Dios en 1 de reyes 3:5, que Dios se le apareció en sueños al Rey Salomón, y le dijo: ¡pide lo que quieras que yo te dé¡ salomón agradeció al señor por haberlo escogido, por haberlo puesto en el lugar de su padre David , y por la misericordia que había tenido para con este. El joven Rey le dijo al señor: Yo soy joven y no sé cómo entrar ni salir, concede pues a tu siervo un corazón que entienda y sepa dirigir y juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo malo, lo que agradó profundamente al señor, quien tuvo en cuenta que el rey no pidió riquezas y le entregó un corazón sabio y entendido, más todo aquello que no había pedido, “le entregó riquezas y gloria”.

Hoy no te pido riquezas, popularidad, ni mucho menos inteligencia; hoy amado padre te pido sabiduría, porque solo con ella además de conocer todo, podré diferenciar entre lo bueno y lo malo. ¡Hazme una mujer sabia y con un corazón entendido! Sólo eso te pido!

Proverbios 4:5,6 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; 4:6 No la dejes, y ella te guardará; Amala, y te conservará.



martes, 7 de julio de 2009

Proverbios: la sabiduría de los pueblos


Por: Alejandro Rutto Martínez

Proverbios 1:7: El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

¿Cuál es la principal característica de los italianos? ¿De qué forma ven el mundo los irlandeses y cómo se comportan ante los retos de la cotidianidad? ¿De qué manera ven los indígenas el paso del tiempo y cuál es su escala de valores en una época en que la civilización tiende a desplazar sus costumbres y sus milenarias tradiciones? ¿Qué significado tiene una puerta abierta o cerrada para los chinos?

Hay diversas formas de estudiar a los pueblos, su gente y la forma de comportarse, pero hay una manera bien efectiva de acercarse a su historia: los proverbios en los cuales creen. El diccionario de la Real Academia Española lo define como una Sentencia, adagio o refrán. La sentencia, a su vez, Dictamen o parecer que alguien tiene o sigue, dicho grave y sucinto que encierra doctrina o moralidad.

Los pueblos tienen su propia forma de ver el mundo y una escala particular para jerarquizar los valores. Lo uno y lo otro, están contenidos en buena parte en los valores que una generación le transmite a otra y ésta a la siguiente.

Hagamos un viaje imaginario por varios países y conozcamos su cultura a través de los proverbios cuyos habitantes pronuncian en las agradables tertulias familiares; en los prolongados viajes a través del bosque o el desierto, o simplemente en las aulas de clases en donde los maestros intentan convertir a sus discípulos en mejores hombre y mujeres.

Para los africanos residentes en Uganda la lucha de los más fuertes termina afectando a los más débiles, según se desprende de su sabio dicho: “Cuando dos elefantes luchan es la hierba la que sufre”. En Nigeria están muy convencidos de la necesidad de que cada quien asuma sus propias responsabilidades, según se infiere de este adagio: “Una cabra no puede llevar la cola de otra cabra”

Un adagio afgano nos lleva a concluir que solo puede llegar al objetivo deseado quien trabaja para conseguirlo. La expresión es corta y concluyente: “»El buscador es descubridor.»

Los chinos tienen una extraordinaria riqueza en esta forma sencilla y contundente de sabiduría. Escojamos uno solo al azar: “La puerta cerrada más segura es la que se puede dejar abierta”. En verdad, si una puerta se puede dejar abierta, debe ser verdaderamente segura, según lo sugiere esta frase cargada de sapiencia.

Los húngaros, por su parte tienen bien claro que no todo el que comete un error paga por éste. A veces somos los demás los que asumimos las consecuencias, según esta frase proveniente del país europeo: “Adán se comió la manzana, y a nosotros todavía nos duelen las muelas”

Para finalizar este recorrido visitemos a Italia y disfrutemos de su inclinación a la belleza y a la sensibilidad: “La belleza sin bondad es una casa sin puerta, una nave sin viento, un manantial sin agua”

Y usted… ¿tiene un proverbio preferido?

alejandrorutto@gmail.com

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