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sábado, 17 de julio de 2010

España: nueve razones de su triunfo en el mundial de Sudáfrica

Por: Alejandro Rutto Martínez
El mundial de Sudáfrica 2010 tuvo varias sorpresas por el bajo rendimiento de varios de los seleccionados considerados como favoritos antes del inicio de la competición y también por las inesperadas derrotas de algunos equipos pese al buen nivel mostrado en las rondas iniciales. En un fiasco se convirtieron los equipos de Francia e Italia, finalistas solo cuatro años antes en el mundial de Alemania.

Tampoco brilló en toda su dimensión Inglaterra, sometida a un proceso renovado y sustentada en una de las más poderosas ligas del mundo. Portugal se fue por la puerta de atrás sin haber mostrado la categoría de Cristiano Ronaldo quien mostró un deprimente balance de solo un gol en todo el torneo.

Brasil mostró destellos de super equipo en la primera ronda pero no pudo vencer a Portugal, su contrapeso en el grupo y cuando enfrentó a un equipo verdaderamente fuerte como Holanda, cayó derrotado sin poder confirmar su gran favoritismo. Argentina se deshizo de sus rivales de la primera ronda con cuentas perfectas (ganó nueve puntos en tres partidos) pero en los cuartos de final venció a México con un gol de Tévez manchado por uno de los más protuberantes errores arbitrales de los últimos tiempos.

España inició el mundial con anuncio de decepción al caer con Suiza en su primer partido del torneo, pero luego se tomó el nivel esperado y poco a poco se constituyó en el mejor equipo y justo ganador de un mundial que pasará a la historia por varias razones, pero entre ellas, por la de tener a un campeón indiscutible cuya victoria fue nítida, libre de errores arbitrales y sin discusiones sobre su validez.
Analicemos nueve de las razones por las cuales la escuadra de la península ganó el mundial:

1. Por la calidad del fútbol español. No nos referimos solo a la calidad de la selección armada para la competencia sino al fútbol de los compatriotas de Miguel de Cervantes. Su liga ha sido siempre una de las mejores del mundo y sus equipos los grandes protagonistas en las ligas europeas. Era ilógico, absurdo, que España con todo su poderío aún no hubiera sido al menos protagonista en una final mundialista en 80 años de historia.

2. Por el nivel alcanzado en los últimos cuatro años. No perdamos de vista que “La Roja” fue uno de los mejores equipos en el mundial del 2.006 y solo fue apeada de la competencia en un partido en el que se encontró con una selección francesa inspirada y con el liderazgo de Zinedine Zidán, el más inspirado de todos. Al mundo del fútbol le quedó la sensación de que España merecía más de lo conseguido. Exactamente la misma sensación de 1.994 cuando fue devuelta a casa en un extraño partido ante Italia en que Roberto Baggio consiguió un sorpresivo gol para desequilibrar las acciones cuando éstas se encontraban bastante parejas, como lo reflejaba el marcador parcial de 1-1.

En esta oportunidad los españoles asimilaron rápido el golpe de su eliminación en Alemania y comenzaron a prepararse para la Eurocopa del 2.008 la cual ganaron con lujo de detalles. Desde ese momento se mantuvieron siempre como el mejor seleccionado del mundo y en Sudáfrica no hicieron sino confirmar esta condición.

3. Por la generación de jugadores de una época brillante. En el 2010 España tuvo en su máximo nivel de rendimiento futbolístico a una de las mejores generaciones de su historia. Basta echarle una mirada a la alineación base de todos los partidos del mundial para comprender que cada jugador titular estaba en un nivel de ensueño y así lo confirmaron en sus compromisos tras superar el revés inicial ante Suiza. Todos jugaron para el equipo, lo hicieron sin desesperarse, sin incurrir en indisciplina táctica, sin cometer faltas graves y atendiendo siempre a la misión con la que habían llegado a África: levantar el preciado trofeo de los campeones en el partido de la final.

4. Vicente del Bosque. El ex técnico del real Madrid supo escribir y luego interpretar a la perfección la partitura de su música futbolística. Consiguió el hombre ideal para cada puesto, logró que cada quien le respondiera como él quería y consiguió lo que en este hermoso deporte es la esencia y el todo: hacer siempre, al menos, un gol más que el rival de turno. Del Bosque encontró el pegamento para unir a todos los españoles alrededor del equipo y, dentro de éste, la unidad perfecta entre valencianos, madrileños y catalanes. Atrás quedaron las diferencias y el interés fue únicamente la bandera de las franjas amarilla y rojas. Del Bosque mostró sus nervios de acero para soportar los momentos difíciles y una extraordinaria inteligencia para leer los partidos, interpretarlos, hacer los cambios necesarios y ganar cada juego, dejando siempre la sensación de que su equipo había sido merecedor de la victoria.

5. Ilker Casillas. Un verdadero líder dentro del campo, condición ratificada por sus actuaciones y por su invaluable aporte a los resultados finales. Casillas estuvo inmenso ante Paraguay, especialmente cuando detuvo una pena máxima que pudo haberle cambiado la historia no solo a ese partido sino al mundial y a la historia del fútbol español. En la final de Johannesburgo fue inmenso en un mano a mano con Robben cuando el partido estaba 0-0 ante Holanda, un equipo al que habría costado mucho empatarle. Cuando Casillas levantó la Copa FIFA, al término del encuentro por la final, el mundo entero supo que se había hecho justicia no solo con un seleccionado merecedor de su éxito sino con uno de los mejores porteros de la historia.

6. Por su sólida defensa. Tener a una pareja de centrales conformada por Charles Puyol y Gerard Piqué delante de un arquero como casillas es una prenda de garantía para mantener el marco propio sin sobresaltos. Y si adicionalmente le agregamos dos refuerzos como Ramos y Capdevila, estamos hablando prácticamente de una muralla impenetrable como en efecto se vio a lo largo del torneo y especialmente en los cuartos, la semifinal y la final, instancias en la que Casillas nunca fue a buscar el balón en el fondo de la red.

7. La solidez de la zona de volantes. Los dos Xavi (Alonso y Hernández), junto a Busquets e Inhiesta, conformaron una zona de volantes de gran equilibrio para bloquear a los adversarios y para iniciar las jugadas de ataque o para concretarlas como sucedió en la final con el definitivo gol de Inhiesta.

8. David Villa. Apareció en momentos claves, de gran tensión para definir partidos verdaderamente complicados como sucedió contra Paraguay, cuando su gol puso fin a las tensiones causadas por un equipo sudamericano crecido, valiente y convertido en una de las gratas revelaciones del mundial.

9. La convicción de todos los españoles y el respaldo que le dieron a su seleccionado. Aunque la derrota con Suiza causó preocupaciones siempre hubo fe en un equipo que se había formado no solo para ser protagonista principal sino para ganar y hacerlo con autoridad. Al fin se logró lo que no se pudo ni siquiera en 1.982 cuando fue sede de una fiesta que al final se gozaron Enzo Berzot, Paolo Rossi, Marco Tardelli y todas las figuras de la selección italiana, ganadora de la final del Santiago Bernabéu.



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