miércoles, 9 de marzo de 2011

Mujeres: mi admiración por ellas

Por: Alejandro Rutto Martínez
Permítanme en primer término decirme que no estoy de acuerdo en exaltar a la mujer como un ser bello que adorna los jardines del universo. No señor, me parece que esa concepción reduce a la mujer a un simple papel ornamental y la cosifica reduciéndola a ser un objeto bello y nada más.
Por eso hoy me declaro admirador de todas las mujeres y no solo por su belleza. Admiro a las que trabajan de sol a sol sin temor a la vida ni reparos al tiempo. A quienes siembran la semilla de la esperanza y cosechan el fruto de la vida. A quienes abren surcos de paz en el hemisferio de la pobreza o en el territorio de la abundancia. A quienes no se rinden ante la evidencia del infortunio ni sucumben frente a la fuerza de la adversidad. A quienes aman a sus hijos aunque la humanidad los crucifique; a quienes meten las manos en el fuego para salvar la honra de los suyos; a quienes creen en la inocencia de aquel sobre el que recaen todos los dedos acusadores de la injusticia y la impiedad.

Admiro a las mujeres que en su vientre han concebido el valor perenne de la vida para prolongar la especie y poblar el mundo de la imaginación y el universo de las verdades. A quienes con sus manos frágiles o fuertes, grandes o pequeñas, lozanas o arrugadas, moldean como el alfarero de la sociedad a las nuevas generaciones de hombres y mujeres para que puedan complacerse con sed de vida y su ambición de conquistar lo mejor de su existencia.

Admiro a las que en su cotidiano accionar de trabajadoras sin receso transitan por nuestras calles ofreciendo los codiciados frutos del mar, o el pan recién salido del horno con aroma a tarde fresca o mañana tibia, o el dulce sabor de los enyucados y las “alegrías”. Las admiro porque su trabajo es riqueza y se constituye en símbolo de un país en constante búsqueda de su identidad.
Admiro a quienes en la paz del hogar se baten con el duro e interminable quehacer doméstico sin resignarse a arar en el desierto de la ingratitud y sin renunciar a la búsqueda de un amanecer matizado por los colores de la equidad; sin renegar de su tarea de joven hacendosa o matrona cumplidora de su deber.

Admiro a las jóvenes de aquí y de allá que han sido impermeables a las propuestas de la indecencia y a la demoníaca seducción de las perversas tentaciones. Admiro a las mujeres que nos dan nuevos ánimos con su presencia; a las que nos llevan en el corazón; a las que nacieron cuando sembramos nuestra vida en otros cuerpos; a las que nos escuchan con atención; a las que nos dieron a beber de sus pechos maternales en la aurora de nuestra existencia; a las que nos consuelan cuando una lágrima acompaña nuestro dolor.

De todas ellas, mujeres de verdad, con cuerpo y alma, sin retoques de publicistas ni maquillajes faranduleros; me declaro admirador.

Perfil de un escritor: Alejandro Rutto Martínez

Escrito por Abel Medina Sierra para el compendio "Los Nuestros"


La savia italiana de su padre y el ánfora riohachera de su madre decidieron que fuera Maicao su fontana. Allí, Alejandro no solo nació sino que echó raíces para siempre, pues es de los pocos intelectuales maicaeros que no ha seguido los coqueteos del exilio. Es una de las figuras académicas y artísticas más prestantes de su pueblo y su calidad humana es un imán de simpatía entre sus coterráneos que lo valoran como uno de sus más probos ciudadanos.

Docente, formador, prestigioso conferencista, locutor profesional, periodista y escritor nacido el 6 de marzo de 1964. Si algo define la diversidad de sus ámbitos productivos sería la palabra. Palabra redentora, sacra y plena de espiritualidad desde su profunda y fervorosa religiosidad. La palabra forjadora desde su quehacer docente y su comprometido magisterio del ejemplo. La palabra en función referencial desde su oficio de lucido y autorizado periodista, locutor y presentador.

La palabra fecunda desde el numen de su pluma, tan prolija como inspirada. La misma pluma que campea por los terrenos de los géneros periodísticos como el cuento, también de los textos de reflexión y autoformación, los ensayos y artículos que saben atrapar por la cálida dimensión de su espontaneidad. Sus libros Si mañana fuera hoy, Breve mirada a la inmensidad, Instantes de eternidad, Aunque tiemble la tierra y se desplomen los cielos, Jesús: Mi héroe y amigo y los incontables artículos divulgados en su ventana del blog maicaoaldia lo encumbran como el autor maicaero más leído en el mundo.

Alejo el locutor de Radio 560 de Maicao, RCN, Yoruma Stereo, Olímpica Stereo, Radio Delfín y Almirante de Riohacha y presentador de un magazín en el canal local MAO Tv; Alejo el académico de los mejor formados en la región, Administrador de Empresas, especialista en Administración de programas, en desarrollo Social de la universidad de Cartagena, especialista en Desarrollo Humano de la universidad del Bosque, especialista en Docencia Universitaria de la Santo Tomás, Experto en Andragogía y Formación Autónoma de la Universidad del Valle. Alejo el instructor del SENA regional Guajira, el docente en universidades como de La Guajira, Antonio Nariño, CECAR, del Magdalena, San Buenaventura, Simón Bolívar (postgrado) son perfiles que definen al intelectual.

Este compendio también revela su otra dimensión, Alejo el creador. El finalista del concurso Centro Poético versión 2002 en Madrid (España) con su relato ¿Me pregunta usted?, el finalista del Festival de arte universitario de CECAR en Sincelejo con el cuento dialogado Entrevista a un problema el mismo capaz de emocionarnos desde la nostalgia que despiertan crónicas con visos de perfil, como las aquí recogidas, que son vistazos a la memoria de la ciudad y nudos para integrar nuestra dispersa identidad.

sábado, 5 de marzo de 2011

El típico accidente riohachero de madrugada: poste derribado.

Por: Orlando Cárcamo Berrío

Accidente en Riohacha, en la madrugada del 5 de marzo: carro lujoso derribó un poste.

En horas de la madrugada de hoy, 05 de marzo de 2011, el conductor de este vehículo perdió el control y chocó contra un poste ubicado en diagonal al Centro Cultural de La Guajira, en Riohacha.

El automovil es un Chevrolet Optra nuevo. Gracias a las bolsas de aire, el conductor no sufrió heridas de consideración.

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viernes, 4 de marzo de 2011

El puente roto

Por: Martín López González*

La Guajira, en especial Riohacha, necesita urgentemente una nueva generación de familias unidas, optimistas y amantes del trabajo, que cimenten en la niñez y juventud un verdadero compromiso de crecimiento para consigo mismo y para con los demás. Una educación integral, uniendo a padres, profesores, alumnos y comunidad en general como actores principales en la formación y consolidación de una identidad cultural colectiva hacia la búsqueda de un sentido de pertenencia.

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